Sindicales
2/3/2018
Qué hay detrás de los allanamientos en Atilra
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Un descomunal operativo montado por la Policía Federal se llevó a cabo el pasado 28 de febrero, por mandato de un Juzgado Federal de la Capital que dispuso realizar un total de 18 allanamientos en las dependencias de Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), en Sunchales, provincia de Santa Fe; en diez de sus seccionales e incluso en la vivienda de Héctor Ponce, el secretario general kirchnerista del sindicato.
Ante 1500 delegados de todas las seccionales convocados de urgencia luego de los allanamientos, la mesa presidida por Ponce, Gustavo Campos, (secretario general de Capital Federal), Heber Ríos (de General Rodríguez) sostuvo que la causa figura como “averiguación de supuesto delito”.
La movida forma parte del apriete del gobierno macrista sobre distintos sectores de la burocracia para que ésta acompañe los planes de ajuste, aunque cabe recordar que la burocracia de Atilra viene acompañando hace tiempo estos planes.
La traición viene de lejos
El año pasado, esta burocracia K firmó un nuevo convenio donde no solo se estipulaba un incremento del 13,9% para todo el año, sino que se modificaban distintas cláusulas que incluían importantes beneficios para los trabajadores, para adecuarlas a los requerimientos patronales.
Entre las modificaciones aceptó la eliminación del pago de horas extras para quienes trabajen los fines de semana, la incorporación de la multifuncionalidad, que habilita al patrón a asignar al trabajador a sectores, funciones y/o tareas diferentes de las que le sean propias, la reducción de la licencia por matrimonio y por mudanza y la incorporación un premio al presentismo, que alcanza al 20% del salario.
Esta ofensiva se enmarca en el planteo realizado en diciembre del año pasado por Mauricio Macri, en una reunión con empresarios vinculados a la industria láctea, donde hizo el expreso pedido de “tratar de cerrar en cero las paritarias, al menos por 24 meses”.
La misma burocracia que al inicio del gobierno de Macri, juró “resistir con aguante” los ataques de las patronales y que cantó “vamos a volver”, hoy maniobra para no terminar en prisión y, sin un ápice de lucha, se apresta a entregar el salario del conjunto de los trabajadores lácteos.
Frente a esto, los activistas y delegados honestos y luchadores deben sacar sus conclusiones y superar a esta burocracia que no duda a la hora de entregar todos los derechos laborales.
Frente al retraso en los aumentos de las paritarias, que ya lleva dos años y por el cual los trabajadores lácteos perdieron casi el 25% de sus salarios, se debe pelear a la burocracia el monopolio de las negociaciones colectivas y reclamar que los paritarios sean elegidos por los trabajadores a través de asambleas y mandatados para rechazar cualquier tipo de congelamiento y que se rechace la modificación del convenio colectivo.
Por una reunión de delegados mandatados por las bases de todo el gremio que impulse un paro activo y un plan de lucha para derrotar la ofensiva patronal y gubernamental.