La conducción de la Utpba ha salido, con una consulta, a buscar desesperadamente el aval del gremio. Quiere legitimar un crédito millonario que ya ha ido a pedirle al Banco Mundial.

La ‘consulta’ aclara que es “irrenunciable” “preservar el patrimonio institucional” y “la estabilidad laboral (…) de todo el personal administrativo y profesional de la entidad”. Sin embargo, el del Banco Mundial es “el único crédito disponible para Obras Sociales”, es decir, es un crédito absolutamente condicionado.

El rol del Banco Mundial

Hasta un bebé de pecho sabe en este país que el máximo organismo financiero internacional ata sus créditos a planes de ‘ajuste’ y ‘racionalización’.

El Banco Mundial no es precisamente ‘una señora gorda’ que practica la beneficencia, sino, más bien, el máximo explotador usurario de todo el planeta. Su finalidad, en relación a las obras sociales, es que se ‘desregulen’, se achiquen, se fusionen o directamente desaparezcan, y por sobre todo que arancelicen.

El primer paso del plan del Banco Mundial, en este sentido, es reducir las prestaciones en lo que respecta al aporte promedio del afiliado (al nivel de lo que se denomina PMO —Plan Médico Obligatorio—) y arancelizar el resto de acuerdo a distintas tablas tarifarias con las que comenzarán a competir entre sí las obras sociales ‘desreguladas’.

Esto significa, concretamente, hacer desaparecer la cobertura solidaria de salud: quien pueda pagar alta complejidad, podrá hacer uso de hotelería y aparatología adecuada. Quien no, deberá morir en un hospital público ‘autogestionado’ (es decir, arancelizado pero clase “z”).

A esto se refiere la conducción de la Utpba cuando pretende hacernos elegir por esta ‘alternativa’.

Inconducta

Es falso lo que afirma la Utpba en cuanto a que el crédito del Banco Mundial constituye una ‘alternativa’.

Ser rehenes del Banco Mundial, someterse a sus dictados, convertir a la Obra Social de los Trabajadores de Prensa de Buenos Aires en una prepaga con PMO del Banco Mundial, no puede resultar jamás una ‘alternativa’.

Pero hay algo fundamental: la Utpba sale a realizar la ‘consulta’ sin aclararle al gremio en qué consiste exactamente el plan de ajuste que acaba de presentar al Banco Mundial. Por lo tanto, esta ‘encuesta’ no es una consulta, sino la exigencia de un cheque en blanco.

El solo hecho de haber concurrido a las oficinas del Banco Mundial a gestionar el crédito, y presentar todos los requisitos a espaldas del gremio (que se tuvo que enterar por información aparecida en Ambito Financiero y Clarín), constituye una inconducta manifiesta por la que deben responder los dirigentes de la Utpba.

La Lista Naranja de Prensa exige que la Asamblea General del gremio sea quien decida sobre este tema. Con esa orientación ha sacado un boletín de denuncia e iniciado entrevistas con distintas internas, a fin de concretar una campaña cuyo objetivo debe ser frenar la enajenación de nuestra Obra Social, esclarecer el monto y origen de su déficit, y expulsar del gremio a los dirigentes que, inconsultamente, iniciaron gestiones ante el Banco Mundial.