Sindicales
27/5/1993|392
Que renuncie la camarilla de Mary Sánchez y se convoque a un congreso nacional de delegados de base
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Ctera acaba de realizar su congreso —21 de mayo— en condiciones de derrumbe de la organización sindical nacional. Amsafe ha resuelto retirarse de Ctera, como lo hizo Atep el año pasado (Tucumán). Atech (Chaco) y Aesya (Santiago del Estero) han sido “suspendidos” por la burocracia Celeste hace mucho tiempo. Adosac (Santa Cruz) resovió quedarse fuera de la federación, luego de un largo debate en el que se expresó una honda desconfianza hacia la dirección marysanchista. A los diarios llegan las manifestaciones de este proceso de desintegración por arriba. Pero se extiende mucho más abajo, en la desafiliación a los sindicatos docentes, las expulsiones (Suteba Matanza, Suteba Sarmiento, UTE —Córdoba—, Suteba —seccionales “azules y blancas” que podrían acercarse a la FEB).
La camarilla que se postuló a la dirección de Ctera en nombre de “un sindicato único, un nomenclador único, un convenio único”, ha llevado al sindicalismo docente a su mayor dislocamiento en décadas. La traición a la huelga del ‘88 reveló tempranamente la fidelidad de la dirección marysanchista al Estado capitalista y a sus mandantes.
La UCR está alentando los procesos de fractura sin otro propósito que el de constituir una burocracia rival a la Celeste. Pero es igualmente un hecho que la separación de Ctera expresa también la repulsa a una organización vaciada y totalitaria.
En esta situación, la consigna debe ser “que renuncie la dirección marysanchista que está liquidando a Ctera” y que llame a “un congreso nacional de delegados elegidos en Asamblea para elegir una nueva dirección”. Esta consigna permitirá enfrentar el trabajo liquidacionista complementario que realiza, por ejemplo, la burocracia de Amsafe, cómplice igualmente del desmantelamiento de la educación pública en la provincia y carcelera de su propio sindicato.