El fracaso del remate de las plantas de Gatic fue largamente festejado por la nutrida delegación de obreros y empleados de la Cooperativa Textiles Pigüé. La presencia de los trabajadores en el portón fue un mensaje claro al gobierno y a los empresarios: esta crisis tiene que terminar con la expropiación definitiva de las plantas de Pigüé y su entrega a la Cooperativa para la gestión obrera.

 

El remate involucraba a todas las plantas de Gatic y había sido dispuesto por la “Justicia” cuando se cayó el “acuerdo de alquiler” propuesto por el tándem Gotelli-Bakchellián. Pero de concretarse la subasta planta por planta, Gotelli puede, sin embargo, quedarse con la propiedad de la fábrica de Coronel Suárez (la más grande de todas).

 

En el fracaso del primer remate de Gatic Pigüé (no se presentó ningún inversor) había pesado la inflexible lucha obrera y la desconfianza empresarial ante la media sanción que ya tenía el proyecto de expropiación de las plantas de Pigüé y San Martín en el Senado bonaerense. Esta situación podría determinar el fracaso de los remates previstos en Pilar, Las Flores y Suárez. El proceso judicial contempla la devolución del dinero a los compradores eventuales si se consuma la expropiación.

 

Pero la ley de expropiación está taponada en la Legislatura; la sesión de Diputados que debía votar la ley se levantó por falta de “quórum”. Es que Solá anunció que vetaría la expropiación y, según los diarios, él mismo “habría instruido a los diputados para no dar quórum”.

 

Una ley de expropiación de Gatic debería ser más profunda que la trucha aprobada en la Ciudad, porque si no asegura el “capital de trabajo” por parte del Estado conduciría a la asfixia financiera y productiva de la Cooperativa.

 

La crisis que se ha creado dará un mayor impulso a la lucha por la expropiación y la entrega definitiva de las plantas a la Cooperativa. El Partido Obrero apoya este propósito y compromete su solidaridad efectiva para impedir los remates.