Sindicales

10/4/1997|534

Que Sitramf llame a una Interfabril

La lucha dentro de Fiat se produce en el mismo momento en que el conjunto de las plantas automotrices está en conflicto. En VW (Transax) y en Ciadea hubo suspensiones, porque la patronal aduce acumulación de stock (aunque las multinacionales recurren a la importación). Sobre estas dos fábricas pende la rediscusión de los convenios, ya vencidos, y todo indica que la burocracia de Campellone los está discutiendo en secreto con la patronal, a pesar de que, según los estatutos del Smata, la comisión paritaria debe ser elegida por asamblea. El secreto responde a que se pretende establecer ‘convenios Fiat-Smata’ para todas las automotrices. Este ha sido el reclamo explícito del presidente de la Renault, pulpo que está a punto de quedarse con el paquete mayoritario de Ciadea. La cuestión del convenio negrero es común a todas las automotrices. En Fiat, a pesar de que los trabajadores aceptaron formalmente el convenio firmado por el Smata, la toma de la planta en setiembre del año pasado le impidió a la patronal imponerlo en toda su plenitud (salarios, jornadas de trabajo, productividad, etc.), por lo cual el objetivo patronal sigue en pie.


Los intentos de aplicar los convenios de superexplotación han abierto un cuadro de luchas obreras de resistencia. La de Fiat es una. En Ciadea se dio una lucha a fines del año pasado contra la tercerización del sector de mantenimiento. Hay una resistencia de orden general en todo el país (Transportes del Oeste, Atlántida, etc.), que si bien ha hecho retroceder a las patronales en algunos lugares, de conjunto no ha sido victoriosa, a pesar de darse en un cuadro de debilitamiento del gobierno.


Para la clase obrera se trata de unir las luchas y establecer una política para la victoria. Es necesario ‘adelantarse a los hechos’, organizar la denuncia de los convenios, discutir sus propios anteproyectos (reivindicaciones) y plantear abiertamente la necesidad de la asamblea general y la elección de delegados de base.


Esto también está vigente para Fiat, donde una y otra vez se ha puesto de manifiesto la irrepresentatividad total del Smata, que firmó el convenio ‘Fiat-Smata’. El objetivo común, entonces, es la derogación de los ‘convenios Fiat-Smata’, la discusión de los convenios por las asambleas obreras y la expulsión de la burocracia de Campellone del Smata. Estas son las bases de una política común para todas las automotrices de Córdoba, que requiere una organización común.


La directiva del Sitramf tiene, a nuestro entender, la autoridad necesaria para hacer una convocatoria a un plenario de delegados y activistas de base de Ciadea, VW y Fiat, y constituir una interfabril que se constituya en un comando único de los trabajadores de las automotrices en lucha, para la reorganización de los cuerpos de delegados, y la denuncia de los convenios. A la lista Blanca (principal oposición dentro del Smata y triunfadora en Ciadea en las últimas elecciones) le corresponde definir su participación en esta tarea, impulsando la interfabril y organizando la lucha de la fábrica.