Sindicales

13/11/1997|564

¿Qué van a hacer la Comisión Gremial y la Bancaria?

¿Con qué política piensan enfrentar la CGI del Nación y la Bancaria los anuncios oficiales de la privatización del banco?


En una conferencia de prensa, a la que concurrió un solo medio, y luego de declarar un ritual “estado de alerta y movilización”, la Interna y la Seccional Buenos Aires anunciaron que promoverán un frente en ‘defensa del Nación’ con la Sociedad Rural, la Unión Industrial y otras asociaciones patronales opuestas a la venta del banco; que presionarán a la Alianza y al PJ para que rechacen el planteo en el Congreso, y que se proponen colocar una carpa en las inmediaciones de la Casa Central.


Todas estas medidas se encuentran en las antípodas de lo que debería ser un plan de lucha de los trabajadores contra la privatización. La unión con aquellos que constituyen la base social del menemismo y fueron los beneficiarios de su política, que incluye las anteriores privatizaciones, no es apostar a la victoria, sino que es una garantía de derrota.


No se puede poner a los trabajadores como furgón de cola de quienes pretenden un Banco Nación que subsidie a los grandes terratenientes, a las oligarquías locales y a los industriales flexibilizadores. De quienes, con la excusa de la ‘eficiencia’ del ‘banco estatal’, han despedido a miles de compañeros y liquidado nuestros salarios.


No se puede poner a los trabajadores del Nación como furgón de cola de la Alianza —que se plantea ir adelante con la privatización del 49% de las acciones del banco, y en condiciones que les otorguen a los compradores privilegios propios de una mayoría— o de los ‘opositores’ del PJ que han privatizado sus bancos provinciales, o como Duhalde, han metido al capital privado en los negocios del Provincia (AFJP, ART, préstamos hipotecarios).


Los trabajadores del Nación deben oponerse a la entrega del banco al gran capital financiero internacional desde el punto de vista de los intereses de las mayorías explotadas, de los pequeños ahorristas, del pequeño comercio y de los pequeños productores agropecuarios, no desde el punto de vista de los grandes capitalistas, enemigos de los trabajadores y pequeños propietarios.


La política de los trabajadores del Nación debe ser la puesta en pie del plenario de delegados, la organización por oficinas y sucursales, la unidad con los restantes trabajadores bancarios, particularmente con los del Banco Ciudad, que afrontan un ataque similar por parte del ‘aliancista’ De la Rúa, en la perspectiva de la estatización de la banca bajo el control de los trabajadores.