Sindicales

3/6/1987|184

Gráficos

¡Quién le teme al plenario de delegados!

Pronunciémonos por su reconvocatoria

En el gremio gráfico hay una impresionante presión de las bases para obtener de la dirección ongarista la convocatoria del plenario de delegados.

Durante la ocupación de La Razón, el activismo gráfico apoyó con todo esta lucha, pese al bloqueo del ongarismo; paró por ejemplo, la salida del diario en otros talleres y realizó colectas de miles de australes para el fondo de huelga (organizadas por las Comisiones Internas, no por la Directiva gráfica).

Al mismo tiempo, una catarata de luchas salariales, paros y quites de colaboración irrumpió en numerosos talleres.

De este hervidero gráfico surgieron las resoluciones coincidentes de tres asambleas generales de La Razón y de distintos talleres por el plenario de delegados.

Atenazada por la presión de las bases y por 20 días de parálisis ante la ocupación de La Razón, el ongarismo convocó el plenario de delegados para el lunes 1° de junio, con apenas 48 horas de anticipación.

El único punto del temario que se estableció fue el conflicto de La Razón, en un cuidadoso esfuerzo por impedir el tratamiento de la cuestión salarial —la cual hubiera ampliado, además, la base de solidaridad con La Razón.

La inconsecuencia del ongarismo con La Razón se manifestó, inopinadamente, cuando decidió retirarse de la asamblea general de La Razón que resolvió aceptar la intervención judicial, la cual constituye una victoria de la política seguida por sus trabajadores, contra la opinión de la gráfica de que el conflicto incumbía solamente a los periodistas.

Mientras tanto, en las 48 horas pre-plenario, en la base del gremio se vivió un clima caldeado: una gran cantidad de talleres, con resoluciones de asamblea o de Comisión Interna, se pronunciaron por ampliar el temario reclamando la reapertura de las discusiones salariales con la patronal.

Conociendo el mar de fondo, el ongarismo aprovechó la intervención judicial a La Razón para levantar el plenario y borrarse del sindicato.

El levantamiento del plenario por el ongarismo provocó a su vez, el “levantamiento" de los delegados contra el ongarismo. Los compañeros que se acercaban al sindicato y se enteraban del levantamiento del plenario gritaban su indignación. Fue así que una treintena de delegados redactaron una nota de protesta a la Directiva y reclamando su convocatoria en el perentorio término de una semana.

El levantamiento del plenario por el ongarismo evidencia la completa inestabilidad de esta dirección y su completa incapacidad para conducir el ascenso del gremio gráfico. Por el contrario, el “levantamiento" de los delegados expresa la creciente maduración de la vanguardia del gremio.