Sindicales

23/3/2025

mar del plata

¿Quién paga los platos rotos en la crisis del pescado?

La industria del pescado, otra vez en el ojo de la tormenta.

Las noticias de que en el comienzo de la temporada del langostino no salió ninguna embarcación para su pesca forman parte de una suerte de “lock out” patronal en medio de una crisis económica y política nacional. Los últimos conflictos obreros en el pescado con bloqueos en los portones, en el frigorífico Cañamar-La Bella y 14 de Julio, pusieron de relieve el problema de fondo que viene golpeando al sector desde hace un tiempo y que ahora se profundizaron. Forma parte de la tendencia más general de la caída de producción, acentuado por la importación y por el encarecimiento del “dólar planchado” usado para beneficiar la timba financiera (carry trade) que Caputo y Milei promocionan.

Esta situación genera la idea de que hay un campo de interés común a defender entre los obreros del pescado y las patronales del sector, idea que en particular esta manijeada por las burocracias peronistas de los gremios, frente a Milei y su pandilla.

Panorama

Primero veamos algunos datos del sector para ilustrar la situación. La merluza hubbsi, una de las principales especies comercializadas, que tiene como destino fuerte la exportación a Brasil, en los últimos dos meses “cayó un 31% (puntonoticias.com, 2/3). Según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica “en enero de 2025, las exportaciones argentinas al país vecino cayeron un 10%, mientras que las importaciones desde Brasil aumentaron un 40%. El déficit comercial con Brasil se quintuplicó en un mes”.

En relación al frenazo de los barcos para encarar la temporada del langostino, se estima que “la pesca de langostino por la flota tangonera congeladora genera 600 millones de dólares en exportaciones, siendo la flota que mayor cantidad de divisas genera dentro de la industria pesquera: de los 2.000 millones de dólares que genera el sector, 600 millones corresponden a ella” (Infobae, 18/3).
Vale aclarar que estos números negativos se dan luego de un 2024 con números “positivos” para el sector, según un informe de Capeca (Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina) “en 2024 se exportaron 503 mil toneladas de productos pesqueros por un total de 1.981 millones de dólares (…) En todos los casos el volumen de exportación fue superior al del año 2023" (RevistaPuerto, 30/1).

Todas las cámaras patronales alegan que el drama responde al enorme costo de producción (para seguir con el ejemplo del langostino, señalan, que se lleva entre el 50/55% del costo total y que debería ser solo del 35%) y el peso de la estructura impositiva que tienen que sortear. A principio de año se terminó aumentando el costo del canon por el derecho a extracción de las especies (DUE) llevando el porcentaje del 0,15% (que pagaron durante 15 años) al 2/3% dependiendo de la especie. Con lo cual una de las demandas fuertes es que se haya dejado al sector por fuera de la eliminación de las retenciones, cuando se las suspendieron a los sojeros. En el fondo de esto suena la música de la “devaluación”, una música compartida por el FMI y todo el arco político patronal.

¿En qué consiste “el marco laboral desactualizado” que discuten las patronales?

Frente a la cuestión del marco de regulación laboral “desactualizado” que reclaman las cámaras patronales es importante tomar nota de que los capitalistas del pescado buscan ir más a fondo en la destrucción de las condiciones laborales de los obreros del sector y reducir los salarios.

Eduardo Boiero, presidente de la Capeca, dijo que “buscará acordar con los sindicatos una reducción salarial cercana al 30%, al explicar que es 'sincerar el valor de producción'. Puntualizó que 'las tripulaciones hoy tienen un peso en la estructura del costo, que es superior a lo razonable'” (deproa.com.ar 27/02/2024).

En la práctica lo que está ocurriendo es que las patronales están imponiendo “aumentos” totalmente irrisorios por fuera de los acordado por las cámaras y el gremio (Soip), razón por la cual hubo paro y bloqueos de portones en dos frigoríficos importantes. Por otro lado, imponiendo despidos o cerrando frigoríficos como ocurrió con Sur Trade dejando a 200 operarios en la calle. El “lock out” del langostino golpea fuertemente a una enorme cantidad de trabajadores que se embarcan y otros que trabajan en tierra extorsionando con reducciones de sueldos, un golpe fuerte como viene ocurriendo en otros sectores (Granja Tres arroyos).

La situación de los trabajadores del sector ya es dramática: según algunos informes aproximados de 47.000 trabajadores del sector casi la mitad esta por fuera del convenio trabajando en negro. En Mar del Plata, según el Soip, hay unos 2.400 afiliados y 8.000 operarios no registrados; una industria que supo tener hace 25 años atrás unos 12.000 afiliados, fue depredada como producto de las políticas de flexibilización que dejaron pasar (y elaboraron) gobiernos peronistas, kirchneristas y las burocracias de los sindicatos a través de las coopetruchas.

Un programa para poner en pie a los trabajadores del pescado

Los obreros del pescado comienzan a tomar nota de la situación y enfrentan este cuadro. Las patronales se están valiendo del protocolo antipiquete de Bullrich para garantizar la producción, esto se vio con la Prefectura que fue a impedir los bloqueos en tierras bonaerenses. Las conducciones de los gremios del pescado y marítimos cierran filas con las patronales detrás de una agenda devaluacionista y de reducción de los salarios “para evitar los cierres y despidos”: es decir que la crisis la paguen los trabajadores.

Hay que impulsar un movimiento de lucha que ponga en primer lugar la defensa del trabajo genuino y registrado, el Ministerio de Trabajo bonaerense de Kicillof permite y garantiza que las patronales flexibilicen y estafen a través de las coopetruchas; votar un plan de lucha y unidad de todo el sector para frenar los despidos y defender los salarios igual a la canasta familiar, el próximo paro nacional tiene que ser un oportunidad para revitalizar esta agenda, impulsar asambleas y preparar la movilización y la huelga. Si los trabajadores intervenimos podemos estructurar la fuerza para organizar la producción del pescado y ponerla bajo control obrero, ponerla al servicio de la población y terminar con años de saqueo y destrucción de la fuerza de trabajo de este sector estratégico. Si hay crisis que la paguen los capitalistas.

Cómo intervenimos ante el paro del 10 de abril y la movilización del 9
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