Sindicales

31/3/2016|1404

Radio América: “los K tuitean pero no exigen a Szpolski que solucione el tema”

Reportaje a Omar Rulli y Sergio Martín

delegado Tiempo Argentino (Sipreba)


El paro de Radio América -y de todo el Grupo 23, propiedad de los kirchneristas Sergio Szpolski y Matías Garfunkel- ya tiene tintes históricos: casi cuatro meses de conflicto y cien días de paro, la puesta en el aire en manos de los trabajadores y una discusión profunda acerca del rol del Estado, como “facilitador” empresarial primero y como vaciador en esta instancia.


En medio de las discusiones y audiencias en el Ministerio de Trabajo, decididos a continuar la lucha hasta obtener lo que les deben y meditando la continuidad de sus labores en modo autogestivo, dos trabajadores de Radio América, Omar Rulli y Sergio Martín, analizan el conflicto y sus distintas aristas y agradecen el apoyo recibido de Néstor Pitrola.


“El 18 de diciembre nos reunió Szpolski y nos ofreció pagar el aguinaldo sólo a los operadores. Nosotros le dijimos: a todos o a nadie. Fue bisagra, porque nunca pensó que íbamos a decir eso. Fuimos todos juntos, como una comisión interna única. Esto es histórico porque actuamos en conjunto, lo que incluso fue mal visto por el propio sindicato (SAL)”, dice Rulli.


El conflicto continuó: el 23 de diciembre fue el primer paro. Prometió pagar 2.500 pesos a cada trabajador y lo pagó, pero eso fue leído por los trabajadores como una extorsión. Prometió, además, pagar los sueldos en término, pero no cumplió. Así, el 8 de enero, un día después del plazo legal de pago, los trabajadores iniciaron un histórico paro que aún se mantiene.


Hay tres versiones que se manejan sobre el desembarco del que se dice nuevo dueño, Mariano Martínez Rojas: que viene a continuar el vaciamiento de Szpolski, que quería engancharse con inversores -al ver la deuda que había se habrían corrido- y la que ellos sostienen, que se vacíe la frecuencia y un empresario, que espera paciente y agazapado, se haga cargo de la frecuencia limpia y sin trabajadores.


-¿Es un desenlace en el que no tienen influencia los trabajadores?


-No. Szpolski reconoció hace un par de semanas que se le ganó la pulseada del tiempo de aguante. El dijo “a ver cuánto aguantan”, pero pasó ese lapso y seguimos. No sabemos cómo terminará, pero todo va empujando hacia la autogestión. Hay que ver si nos dan la frecuencia.


-¿Qué es lo que puede pasar con la licencia si se estira?


– En las últimas reuniones, el ministerio quiso sacarse de encima el expediente y mandarlo al Enacom, pero lo frenamos: el problema es laboral, no de frecuencias solamente. Una resolución de Enacom podría sacarle la licencia a Szpolski y nos deja solos en un edificio vacío. Lo que pedimos es que lo inviten y dio resultado porque vino una abogada y le pidieron un informe para que digan quién es el dueño de la radio, de la frecuencia, el domicilio, la masa societaria y todos los datos. Están comprometidos a traerlo el 28 de marzo. Y tenemos nueva audiencia el 4 de abril y ahí vamos a saber a quién le pedimos que pague.


-¿El no pago de salarios es causal de quita de licencia?


-No, el artículo 50 de la ley de Servicios Audiovisuales contempla retiros de licencia en caso de 'abandono', pero no habla de los trabajadores. Queremos que se la quiten y entre a concurso. El tema es quién nos garantizaría que nos la dieran.


-¿Qué evaluación hacen del rol del gobierno?


-Hasta enero y febrero, uno podía analizar que es una herencia K. Pero a esta altura, que el Ministerio de Trabajo no haya hecho nada y que Marcos Peña no nos atienda, muestra que algo hay detrás. Es que detrás de Szpolski están el “Coti” Nosiglia y mucha gente de la Side.


-Pasaron a encubrir a los vaciadores K…


-Y sí. No se comprometen con el tema para que algún empresario “amigo” tome la empresa vacía y lance una radio macrista -por ejemplo- con bombos y platillos.


-¿Y qué responsabilidad tiene el gobierno anterior?


-Toda. Te respaldan con tuits, como el “Cuervo” Larroque, pero ellos no lo llaman a Szpolski y le piden que cierre el tema. Y en el medio estamos nosotros, que nos tenemos que bancar que nos digan ñoquis K.


-¿Hay que exigir al Estado o no va más?


-Creo que sí, porque tienen respuestas para dar. Públicamente no van a responder, pero en cada aparición que hagan vamos a estar, hasta que haya una definición. A favor, tenemos un embargo sobre la pauta para que vaya a salarios. Aunque lo pueden apelar, refuerza nuestra posición y hay que aprovecharlo.


-¿Cómo ven la situación de los sindicatos? ¿Hay renovación?


Martín: Para la miércoles, salvo en Sipreba. Veo que por lo menos mueve el avispero, la SAL no existe para nada y los otros tampoco. Están integrados a la CGT de Moyano. Siempre pensé que deberíamos hacer un sindicato único de trabajadores de radio o de prensa: cuando fui afiliado de la SAL nos rajaron y nunca defendieron a nadie. Con Sipreba tengo una esperanza.