Sindicales

20/1/2000|653

Rebelión ferroviaria

La empresa TBA ‘olvidó’, el viernes 24 de diciembre, pagar el aguinaldo. La ‘distracción’ levantó velozmente la temperatura de los compañeros que, en rápidas asambleas, decidieron cortar las vías. Al menos esto ocurrió en Victoria.


Los ferroviarios denunciaron frente al Partido Obrero que “hace tres meses que venimos aguantando este tipo de manoseos”.


En primera instancia, la patronal pretendió levantar el corte dando un anticipo de 25 pesos para la categoría más baja, de 50 para los guarda vía y de 100 para los conductores. Al corte llegaban varias versiones de lo que ocurría en el Sarmiento, en Castelar, y otras estaciones. Hasta que llegó la información de que la empresa abonaría el adelanto a las 16 horas en Retiro, y el 6 de enero el sueldo de diciembre.


Los compañeros se subieron a un tren con la alegría de haberle pegado un duro golpe a la patronal de TBA. Los usuarios y los vendedores ambulantes se solidarizaron con ellos.


Casi al mismo tiempo, logró su reincorporación Raúl Rodríguez, el despedido accidentado por el que se paró tiempo atrás, que realizaba una huelga de hambre en Retiro con gran apoyo de los usuarios. Al momento de cerrar estas líneas, un movimiento de “amigos del tren” y la Red de Protección al Discapacitado realizaban en San Fernando un plan de lucha que ya movilizó unos 40 vecinos y recolectan firmas masivamente contra el cerramiento de estaciones que impide el acceso a los discapacitados.


Hay un ascenso en el gremio ferroviario que viene desde muy abajo. Que no se confunda ningún aparato rival al de la burocracia oficial, como la CTA, desvalorizando la lucha de los compañeros porque la libran a través de la única organización que tienen, los corrompidos sindicatos ferroviarios. El ascenso de lucha de los trabajadores ferroviarios está alumbrando una vanguardia que requiere abrir la discusión de un programa y una organización que encare las grandes tareas del gremio, entre ellas la expulsión de la burocracia sindical.