Desde principios de año se sabe que la empresa La Serenísima pretende mudar el centro de distribución, ubicado en el Parque Industrial de Burzaco, a la planta de Longchamps, sin dar garantías a la continuidad laboral de los 137 trabajadores.

Los trabajadores aseguran que en el nuevo depósito no hay capacidad para absorber a todo el personal, lo que significarán decenas de despidos.

La reducción de personal se viene produciendo desde hace unos meses a través de “retiros voluntarios” y despidos de tercerizados por goteo, en tanto el gremio (Atilra) no ha tomado ninguna medida de acción para impedirlo.

Otra forma de ajuste que la patronal viene aplicando es el recorte de las horas extras, que significaban para los trabajadores de La Serenísima, una compensación frente a la poda del impuesto a las ganancias sobre los salarios.

Para garantizar los puestos de trabajo es necesario el reparto de las horas de trabajo entre todo el personal, con igual salario; este planteo se ve reforzado con el reclamo de insalubridad del trabajo realizado en varios sectores de la planta de Longchamps, que implican el reconocimiento de la jornada de 6 horas.

Se impone un plan de lucha para frenar cualquier intento de despidos y por todas las reivindicaciones planteadas.

Antonela Turienzo