Sindicales

9/11/2022

Renault y Nissan suspenden trabajadores por “falta de insumos importados”

Crece la presión por una nueva devaluación del peso.

Planta Renault.

Las empresas Renault y Nissan suspendieron trabajadores por 48 horas. La medida arrancó el pasado martes 8. De acuerdo a un comunicado de la Cámara de Industriales Metalúrgicos esto se debe a “las trabas a las importaciones”. Sucede que los proveedores de autopartes de los modelos Frontier y Alaskan no pudieron enviar las piezas.

La medida impuesta por las empresas tiene antecedentes. El pasado 13 de octubre hubo suspensión de la producción en Iveco y Fiat, en Córdoba. También paró la planta de PSA (fusión entre Citroën y Peugeot) en Buenos Aires. Como era de esperarse la burocracia sindical del Smata acompaña en todo momento las disposiciones de las empresas.

Las suspensiones en la industria automotriz están ligadas a la escasez de reservas del Banco Central para hacer frente a la demanda de importación de componentes. En ese cuadro, las patronales presionan para que el gobierno libere los dólares que necesitan para continuar realizando exportaciones records.

Según un informe de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), publicado a principios de noviembre, hubo un incremento de exportaciones interanual del 29,5%. En octubre las exportaciones de vehículos aumentaron un 11% con respecto al mes anterior, de acuerdo a declaraciones del presidente de la mencionada entidad patronal, Adefa, Martín Galdeano.

Es en este panorama que las firmas automotrices presionan por facilidades para que no se afecte su tasa de ganancia, y realizan un lobby parlamentario para esquivar un mayor cepo al dólar, que el gobierno busca para hacerse de los recursos para pagar vencimiento de deuda. Cabe recordar que sectores empresariales como la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CIMCC) celebraron el acuerdo con el FMI, aun cuando el pacto implicaba un cogobierno con el capital financiero.

Es necesario tener en cuenta que las empresas que trabajan con insumos importados vienen teniendo facilidades para conseguir dólares. Guzman, antes de huir, habilitó una deuda comercial producto de un crédito comercial a 180 días que vence en diciembre de este año.

La demanda de dólares que requiere la industria será una vía más para atacar las condiciones de vida del pueblo trabajador. Un claro ejemplo de ello fue el dólar soja, una fenomenal transferencia de recursos que fue financiado por los trabajadores, que son quienes pagan los platos rotos de una mayor inflación.

Diferentes cálculos dan cuenta que el gobierno no tiene los recursos para cubrir la demanda de moneda norteamericana. Esto es así por que el Banco central es un colador. Esta situación prefigura nuevas devaluaciones del tipo de cambio, con lo cual, otra vez el ajuste recae sobre la clase obrera.

La crisis la tienen que pagar las patronales, y los políticos capitalistas. Las suspensiones y amenazas de despidos en la industria es necesario rechazarlas mediante una intervención independiente, sobre la base de un programa que prohíba despidos y suspensiones y que reparta las horas de trabajo sin afectar el salario. Por la apertura de los libros de las empresas. Y un plan de lucha para enfrentar este ataque antiobrero.

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