En un contexto donde el 78% de las camas UTI se encuentran ocupadas (de 181 camas solo 40 quedan libres), con trabajadores hospitalarios todavía sin vacunar y agotados por las extenuantes jornadas laborales y un crecimiento sostenido de los contagios la lucha de los y las trabajadoras de la salud nos parece fundamental, una lucha que tiene actualmente su epicentro en la vecina provincia de Neuquén.

El ejemplo de los hospitalarios neuquinos autoconvocados, que cuenta con el apoyo masivo de la población ya trasciende las fronteras provinciales; es que los mismos reclamos de aumento salarial al básico, pase a planta, insumos e infraestructura para salud pública son los ejes de la defensa del hospital público. Después de años de desinversión y transferencias de recursos al negociado de las clínicas privadas de parte de todos los gobiernos, el pago de la deuda externa nacional, pero también las provinciales la situación es más que crítica.

La respuesta de Carreras, gobernadora provincial es la confrontación, anunciando provocativamente que recién en septiembre abriría la negociación salarial. No le importa que las y los hospitalarios tengan salarios de pobreza y que la inflación y el costo de vida sea cada vez mayor golpeando el salario estatal. Las burocracias de ATE y UPCN han permitido y permiten esta situación, cómplices de acuerdos donde las sumas en negro son cada vez mayores y los salarios más empobrecidos.

Los aumentos de casos y el desastre sanitario son el producto de la política de ajuste de Carreras y todos los bloques que ocupan la legislatura (JSRN, FdT, JxC) y la adhesión de las burocracias de los sindicatos estatales a estas. Se plantea más que nunca la urgentemente centralización del sistema de salud bajo control de las y los trabajadores del sector; ampliación de las camas de terapia intensiva y respiradores con el personal especializado necesario; Intervenir el Laboratorio mAbxience, ampliando su producción y disponiendo su envasado en la capacidad nacional instalada pública y privada. Que se eliminen las patentes de vacunas para producir masivamente para Argentina y la región, que se suspendan las clases presenciales en los distritos donde el semáforo epidemiológico está en rojo. (Más de 150 casos cada 100 mil habitantes, acumulados en 15 días).

Para llevar adelante este programa obrero frente a las políticas de ajuste fondomonetaristas del gobierno provincial y nacional, debe triunfar la lucha de las y los hospitalarios. Si ganan las y los trabajadores, ganamos todos. Es momento de la unidad del movimiento obrero y un congreso de delegados elegidos en cada puesto de trabajo para luchar contra los ajustes del gobierno.

¡¡¡El Martes 20 vamos a las calles, todas y todos con la lucha de las y los hospitalarios en toda la provincia!!!