Sindicales

6/1/2000|652

Romero prepara un golpe

Por medio de presiones propias de un capomafia, Romero ha logrado que 20 de los 59 municipios salteños firmen un Convenio Marco por el cual la Dirección de Rentas de la provincia cobrará, a partir del 2000, los impuestos inmobiliario y del Automotor, y la Tasa de Actividades Varias, únicos ingresos con que hasta ahora contaban los municipios. Con esto, arrasa definitivamente con las autonomías municipales y comienza unilateralmente a manejar los fondos de toda la provincia.


En el Anexo II, ordena la reducción de los gastos de personal a menos del 80% de los ingresos corrientes, lo que plantea el despido de 3.500 municipales mediante la forma velada de ‘retiro voluntario’. Con sueldos de 200 pesos, un trabajador con antigüedad de 15 años no recibirá más de 3.000 pesos, perdiendo para siempre obra social y jubilación. Romero transforma a Salta en un gran mercado de pulgas.


Los legisladores de la Alianza, junto a sus concejales en los diversos municipios del interior, han sido incapaces de enfrentar este golpe de Estado a los municipios, ni qué decir que han sido cómplices de Romero frente a los despidos de los trabajadores de Tartagal y Cafayate.


Tartagal ya derrotó al ‘General’ Romero


Con el corte de ruta, los municipales y desocupados del Departamento San Martín le impusieron al postulante a dictador la reincorporación de los 162 despedidos y la continuidad de los planes ‘Trabajar’, que tanto la Alianza como el PJ se habían lanzado a recortar.


Esta victoria es doblemente importante por cuanto la dirección de ATE-CTA hizo todo lo posible para levantar y dividir el corte desde el principio. Incluso, no convocó un paro provincial ni una marcha, aun frente a la masacre de los 5 compañeros correntinos.


Los compañeros de Tartagal-Mosconi muestran el camino. Contra el golpe de Estado de Romero, paro general por: reparto de las horas de trabajo con reducción de la jornada laboral, salarios y jubilaciones mínimas de 600 pesos, derogación de la flexibilidad laboral, prohibición de los despidos. No a la descentralización educativa y a la autogestión hospitalaria.


La construcción de un partido de la clase obrera es una necesidad objetiva.