El centro de Rosario vivió el viernes 7 una pequeña rebelión popular, cuando vendedores ambulantes y transeúntes respondieron con insultos y arrojando piedras al intento de la GUM (Guardia Urbana Municipal) de desalojar a dos vendedores ambulantes.

Al grito de “negro de mierda, andate de acá”, los integrantes de la GUM intentaron desalojar a dos vendedores de origen liberiano. Ya hacía varios días que los venían “buscando”. El viernes fueron “con el apoyo de decenas de agentes en motos, cuatriciclos y móviles policiales” (El Ciudadano, 8/7). Los molieron a golpes. La desigualdad de fuerzas y el manifiesto racismo de la GUM, provocaron la rebelión de todos los que presenciaron el hecho. Quienes intentaron frenar las detenciones y las golpizas, también fueron golpeados y presos.

No se trató de un hecho aislado. Mario Lazzarin, dirigente del Sindicato de Vendedores Ambulantes, denunció que “todos los días tenemos problemas con esta nueva fuerza de la GUM. Parece que quieren sacar a la gente que trabaja desde hace años en el macrocentro. Pagamos un canon municipal, pero nos están presionado como en la época del Proceso (militar)” (ídem).

Las “energías” de la GUM no están dirigidas sólo contra los vendedores ambulantes. También, “en colaboración” con la Policía provincial del gatillo fácil, se dedican a perseguir y a hostigar permanentemente a los jóvenes en los barrios.

El miércoles 12, en la peatonal, el Partido Obrero realizó un acto para denunciar la política de cercenamiento de las libertades democráticas, exigir el castigo a los responsables materiales e intelectuales de la represión, la disolución de la GUM y en defensa del derecho al trabajo. También estuvieron presentes e hicieron uso de la palabra, María Elena Molina, secretaria gremial de Amsafe Rosario, y Diego, por la agrupación Resistencia Mercantil.