Sindicales

8/9/2022

Salarios por debajo de la inflación: ¿qué espera la CGT?

Solo en julio, los salarios registrados perdieron 2 puntos porcentuales y no hay medidas para revertir esta tendencia.

Trabajadores de la construcción.

El Ministerio de Trabajo dio a conocer los últimos datos del Ripte, que mide la variación salarial del sector privado registrado, dando cuenta de una caída real del poder adquisitivo de los salarios en el orden de 2 puntos porcentuales en julio y 2,4 puntos en el análisis interanual. Con la inflación sacándole ventaja a los salarios ¿qué espera la CGT para adoptar medidas de lucha?

Se trata del seguimiento de “los mejores números” del sector asalariado, ya que el Ripte realiza un corte del sector privado en relación de dependencia con al menos 13 meses de antigüedad laboral en el mismo empleo, lo que supone cierto nivel de estabilidad y derechos adquiridos.

A pesar de esto, y como resultado de lo limitado de las paritarias y la inflación, en julio el promedio de aumento de los salarios fue del 5,3% contra el 7,4% de aumento del Índice de Precios al Consumidor. Si bien restan por impactar cuotas de los acuerdos paritarios el panorama a no es alentador, ya que el grueso de los aumentos suele darse en los primeros meses posparitaria.

Para los primeros siete meses del año la carrera contra la inflación la pierden los salarios, con un 45,1% de aumento contra 46,2%, y en la medición interanual se da un 68,6% en los salarios contra 71% en los precios.

Para el mes de julio el promedio salarial del sector privado registrado y con aportes asciende a $148.811,85 brutos, los que quedarían en alrededor de $122.000 de bolsillo, una vez restados los descuentos, levemente por arriba de la canasta de pobreza pero muy por abajo de la canasta familiar que mide la Junta Interna de Ate Indec en $179.990.

Con estos datos es evidente que una porción significativa de los 7,5 millones de trabajadores dependientes que aportan a la Anses se encuentran por debajo de la línea de pobreza ($112.000), mientras que la situación se agrava en varios de los regímenes con cajas descentralizadas (docencia, estatales, etc.) y particularmente en el sector informal, monotributista, autónomos y cuentapropistas, que suma otras 10 millones de personas. Se estima en un tercio del total de los ocupados en la pobreza.

A pesar del deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores bajo el gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, la burocracia sindical de la CGT y las CTA´s se niega sistemáticamente a hablar de medidas de lucha y de un paro contra el ajuste.

La CGT, incluso, ha acompañado favorablemente la votación del aumento del 21% de miseria en el salario mínimo, el cual actualmente asciende a $51.200 y que condena a cientos de miles de trabajadores precarizados, jubilados e incluso trabajadores registrados a la indigencia y la pobreza.

Ante esta situación, el gobierno insiste con un acuerdo de precios y salarios, entre la burocracia sindical y las cámaras patronales, algo que se ha mostrado un fraude contra los trabajadores, al tiempo que se habilitan beneficios excepcionales a los capitalistas, como sucede con el dólar soja, que impactará en nuevos aumentos en los alimentos, agravando la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

Quienes sí enfrentan esta política de ajuste son los trabajadores del neumático que, con su sindicato (el Sutna) vienen protagonizando un conflicto por una recomposición salarial y la compensación económica que se desprende del régimen de trabajo impuesto por las patronales en tiempo de la burocracia Violeta de Pedro Wasiejko.

El deterioro en los salarios demanda encarar la lucha por una recomposición general de los salarios, con el método de la acción directa, el paro y el plan de lucha, para derrotar el ajuste del gobierno nacional y el FMI.

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