Sindicales

7/10/2010|1149

San Fernando: La ocupación del frigorífico Bancalari

Recuperar las 52 horas de garantía horaria

José “Güeso” Sayago

El miércoles 29, los obreros del Bancalari decidieron ocupar la planta cuando, luego de una semana de conciliación obligatoria, la patronal no dio respuesta al reclamo obrero de recuperar las 26 horas por quincena que desde hacía varios años venían cobrando por ‘garantía horaria”, ante falta de trabajo. Esas horas se sumaban como extra a las 70 horas reconocidas por la patronal. Se trataba de una conquista obrera que elevaba la “garantía” a 96 horas quincenales.

Decidida la ocupación en asamblea, se eligió también una Comisión de Lucha, integrada por 11 compañeros, para “controlar y garantizar nuestros reclamos”, la que funcionó en paralelo con los tres delegados. Al momento de votarse la ocupación, estaba el secretario del sindicato de la Carne, Molina, acusado de total inoperancia para enfrentar los ataques patronales (despido de 47 compañeros hace unos meses, quita patronal de las 52 horas mensuales, etc.). Este fue ‘retenido’ por los trabajadores, al grito de “Molina no se va…”. Recién a la noche, cuando se ‘descompensó’ y con la intervención de la guardia de infantería para protegerlo de la masa de familiares y delegaciones que se había nucleado en la puerta, Molina pudo salir.

La ocupación del Bancalari es un salto de calidad en la resistencia obrera de este gremio tan golpeado por la arbitrariedad patronal. Hace meses que las patronales frigoríficas vienen despidiendo, suspendiendo, bajando salarios a los obreros como parte de su pulseada con el gobierno para obligarlo a abrir plenamente la exportación (el Bancalari exporta 40% de su producción) y obtener mayores ingresos en dólares y euros. Esto a pesar de que el precio de la carne saltó un 100% el último año en los supermercados.

Pero esta fuerte lucha obrera fue bloqueada: el Ministerio de Trabajo mandó inspecciones a ‘verificar’ arbitrariamente que los obreros habían roto con la conciliación obligatoria para justificar amenazas de desalojo.

Diversos sectores trataron de enredar a los obreros detrás del papelerío ministerial para desandar su lucha. La burocracia, en lugar de decretar un paro solidario del resto del gremio de la carne, hizo correr versiones acerca de que estaba preparando una patota para que Molina pudiera volver y presionar por el levantamiento de la ocupación.

Que fue lo que hizo el viernes 1° en la asamblea que levantó la ocupación. Finalmente, la patronal se comprometió en el Ministerio a no tomar sanciones y a pagar jornales caídos. Pero las 26 horas quincenales de la garantía horaria extra quedaron para ser discutidas. Ese era el reclamo central y ha quedado pospuesto, en un momento en que la lucha obrera estaba fuerte (las cámaras del Bancalari estaban llenas de carne congelada y había casi 600 vacas para faenar, lo que representaba un fuerte costo económico para la patronal).

La lucha del Bancalari provocó la presencia de numerosas delegaciones obreras de la zona, entre las que se destacó la presencia del Partido Obrero y del Polo Obrero. Muchos compañeros del “Argentina Trabaja” se hicieron presentes, bancándose un acampe en la vereda de la fábrica. El PO sacó un volante llamando a que se decretara un paro solidario del gremio de la carne (repartido en el Rioplatense, etc.), desarrolló una agitación en el vecino barrio Presidente Perón, donde viven muchos obreros del Bancalari, para que participaran del corte solidario que se preparaba para el viernes 1°; etc. Un dato relevante fue la presencia de muchos familiares que dieron un respaldo psicológico a los compañeros en la toma. Se destacaron Rosario y sus hijitos, Rosa e hijas, Alicia y Soledad, esposas de compañeros, quienes fueron una fuente inagotable de aliento a viva voz. Las 96 horas todavía no fueron restituidas. La patronal, después de reacomodarse, volverá a la carga contra los obreros. Hay que prepararse.