El 1° de noviembre se reunió la paritaria nacional de la Federación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) para la renovación parcial del Convenio Colectivo N°122/75, que modifica los sueldos básicos de convenio.

El aumento se estableció en cinco tramos a partir de la liquidación del mes de octubre, noviembre y diciembre del 2022 y febrero y marzo del 2023, con valores en los básicos de las categorías más altas que apenas superan la Canasta Básica Total, estimada en $152.512 para el mes de enero y que delimita la línea de pobreza. En San Juan, las clínicas y sanatorios privados reunidos en ACLISA (Asociación de Clínicas y Sanatorios), están pagando en forma tardía y en cuotas los paupérrimos aumentos pactados en el convenio paritario.

Además, en la provincia acordaron entre el sindicato y las clínicas sueldos básicos significativamente más bajos que los acordados en la paritaria nacional, aproximadamente entre $27.000 y $39.000 menos, de acuerdo a la categoría. Tampoco les liquidaron a los trabajadores de la salud el bono de $24.000 definido por decreto nacional, a pagar en diciembre del 2022, el cual no está siendo negociado en la mesa salarial. Se trata de la Clínica El Castaño, CYMIN, Sanatorio Argentino, Sanatorio San Juan, CIMAC, Sanatorio Mayo y Hospital Privado.

Las clínicas utilizan como pretexto que el el gobernador Uñac no aumenta el valor que abona la Obra Social Provincia (OSP) por las prestaciones, ya que estas representan aproximadamente el 80% del padrón que atienden las clínicas. Un reclamo que se arrastra desde mediados del año 2022, cuando los convenios estuvieron caídos por la puja de intereses entre gobierno y clínicas que dejó sin obra social a los trabajadores estatales. Como vemos, tanto los trabajadores de la salud como los estatales salen perdiendo de la puja entre la salud privada y el gobierno.

Las clínicas no quieren ver disminuida su rentabilidad y a Uñac no le interesa solucionar el conflicto, que le estalla en plena carrera electoral hacia los comicios del 14 de mayo, visibilizando una vez más los magros salarios que perciben los trabajadores de la salud y los problemas por los que atraviesa la OSP, mostrando que la provincia no es ajena a la crisis económica y social a la que nos han llevado los Fernández, Uñac y Orrego de la mano del ajuste a la clase trabajadora. Uñac y las clínicas se culpabilizan mutuamente, pero ninguno considera los intereses de los trabajadores.

Por su parte, la Subsecretaría de Trabajo dictó conciliación obligatoria, pero los trabajadores realizarán un paro de dos horas por turno y movilización el 25 de enero a pesar de las presiones y amenazas de despidos y concurso de quiebra de la patronal y del gobierno.

Hace falta un plan de lucha para el triunfo de las reivindicaciones de los trabajadores de la salud. Por un básico de $200.000 que cubra la Canasta Básica Total, por cláusula gatillo indexada por inflación. Es necesario que el conjunto de la comunidad se sume a la lucha en defensa de la salud.