Sindicales

23/12/2022

Santa Cruz

San Julián: solidaridad con José Luis, remisero despedido por la agencia y el municipio

Por un fin de año sin hambre.

Imagen: Corresponsal.

Este diciembre nos trajo la alegría futbolera, que no puede despejar el dolor por la grave situación de millones de trabajadores. San Julián, en Santa Cruz, no es la excepción. Desde las tomas de tierras por la cuestión habitacional, pasando por la desigualdad abismal en los salarios entre trabajadores municipales (mal pagos) y la mal llamada “ayuda financiera”, hasta llegar a trabajadores independientes como los remiseros.

Estos sufren la explotación y la inestabilidad laboral en un sistema que los obliga a ser su propio jefe “monotributista” o a trabajar directamente en la informalidad. Dueño o no del vehículo, lo importante es que el auto esté al día con los impuestos municipales y el canon que se paga a las agencias de remises.

José Luis (conocido en el pueblo como JL) está en huelga de hambre porque no puede trabajar.

La meritocracia que nos tratan de hacer creer que es la salida de la pobreza y el hambre queda en ridículo cuando aparecen situaciones como la de JL.

JL como trabajador del transporte, empleado para manejar un remis, luego de realizar una cantidad de viajes para el municipio por valor total de $120.000 resultó estafado por el municipio y por la propia agencia y no pudo cobrar ni un peso.

El municipio aprovechó para descontar estos viajes de una deuda que mantiene la agencia por el alquiler de un puesto en la terminal de ómnibus local. Como la agencia no le reconoce a JL tampoco el pago se generó un conflicto y la agencia dejó sin trabajo a JL.

Entonces vemos como el trabajador, por más que se esfuerce por salir adelante, no es apoyado por el Estado contra la arbitrariedad de la agencia, completando el círculo de la explotación y dejando en la calle a la única real víctima de esta historia.

Al municipio no le importa que JL quede sin trabajo, ni que lo hayan obligado por años a trabajar en la informalidad, sin obra social ni aporte previsional, como tantos otros y otras laburantes que le ponen el lomo a diario a sus tareas. Son parte de una cadena inhumana de sobreexplotación, a ojos vista y con el consentimiento de las autoridades, que como modelo tienen a sus propios contratados (“ayudas financieras”) en las mismas condiciones.

Hoy JL está de huelga de hambre: reclama que le paguen y le restituyan el empleo y desde el Partido Obrero de San Julián expresamos nuestro apoyo y solidaridad con este trabajador muy conocido y querido por la gente en la localidad.