Sindicales

26/10/2015|1387

Santa Cruz: el Frente de Izquierda entró en dos concejos deliberantes

Perforamos la ley de lemas


El Frente de Izquierda ha hecho, en Santa Cruz, una de las elecciones más importantes del país.


 


Conquistó un concejal en Gobernador Gregores, Pablo Lombroni, quien se erigió en el segundo candidato más votado con 510 votos, solo detrás del PJ y por delante de la suma de los cuatro candidatos de la UCR, que obtuvo en total 477 votos.


 


El Frente logró otro concejal en Perito Moreno, una localidad en ascenso por la actividad minera. Damián Pessolano (de él trata, y fue entrevistado en Prensa Obrera 1385), se granjeó una autoridad en su pueblo como ambientalista y luchador contra la minería contaminante y depredadora.


 


Con todo su valor, estas conquistas no pueden empalidecer el logro más importante. El Frente de Izquierda enfrentó, y por primera vez en la historia de la provincia logró, una elección significativa ante la fraudulenta ley de lemas pactada entre el bloque K y el gobernador Daniel Peralta en diciembre del año pasado. El Frente de Izquierda obtuvo el 3,2% de los votos a presidente y el 4,49% a diputados nacionales, repitiendo la votación de las Paso. Se trata de una hazaña en términos electorales si se considera que hubo una fuerte polarización y que, a diferencia de las Paso, en este caso el Frente debió competir contra una multitud de colectoras y sublemas.


 


En términos numéricos, el FIT duplicó los votos del Partido Obrero de 2011. El PO ha aportado 123 de los 140 candidatos que presentamos en esta elección y en las dos ciudades donde consagramos concejales es la única fuerza de izquierda.


 


La conquista de los concejales, por otra parte, se asienta en una extensión partidaria en el territorio. En 2011 presentamos lista en cinco poblaciones y ahora en doce, sobre un total de 15 localidades en la provincia.


 


Las debilidades de Alicia K


 


El gobierno libró una de las batallas más encarnizadas de la elección en su propio terruño -su otra apuesta estratégica, fracasada, era la conquista de la provincia de Buenos Aires. Con el 96% de los votos escrutados, Alicia Kirchner es gobernadora gracias a la ley de lemas, que le permitió sumar los votos del actual gobernador Peralta. No fue la candidata más votada -en forma individual obtuvo 57.000 votos contra 67.000 de Costa, y tampoco lo fue Máximo Kirchner, que conquistó una diputación nacional.


 


El Frente para la Victoria Santacruceña perdió las intendencias de varias principales ciudades de la provincia: la Capital, Caleta Olivia y Las Heras tendrán intendentes radicales.


 


La intendencia clave de Río Gallegos fue ganada por una vieja figura de la UCR, que actuó en tiempos de la gobernación de Néstor Kirchner y hoy regresa como candidato del frente liderado por el PRO.


 


Todo haría pensar en un reciclado de viejos tiempos, pero la camarilla K está en franca disgregación. El peronismo es una federación de punteros y los vasos comunicantes entre la UCR y la camarilla K en la provincia son profundos.


 


La burocracia sindical repartió sus favores básicamente en dos direcciones. Detrás de Peralta se alineó la burocracia de Aoma; detrás de Alicia K las burocracias de la Uocra y Petroleros, organizadoras de las patotas que han actuado en las calles como instrumentos de la represión oficialista. Nace un gobierno profundamente débil, no sólo por los datos de la compulsa en la provincia sino por el derrumbe político de la camarilla a escala nacional. El apoyo de la burocracia patotera es un símbolo de la unión de intereses entre el viejo poder K de Santa Cruz y el sindicalismo más podrido, abrazado ahora (literal y físicamente) al líder “camporista” Máximo K.


 


Se inicia ahora una nueva etapa. El PO y el Frente de Izquierda son la referencia obligada de la lucha que se viene contra el ajuste capitalista y en defensa de todas las reivindicaciones populares.