En medio de la discusión salarial Cecilia Velázquez confirmó su carácter antiobrero y precarizador, impulsando un formulario virtual para que los docentes se anoten como “Voluntarios para el acompañamiento de casos de Covid-19”. Esto en un contexto donde la docencia pide un 20% de recomposición para no perder por 5º año consecutivo con la inflación.

Junto a la tarea de educar en la virtualidad, que precarizó el trabajo del docente, triplicando las horas de trabajo frente a las pantallas y con la oreja pegada a los celulares, el gobierno propone que los voluntarios mantengan contacto telefónico con familias aisladas o se anoten para hacer trámites y compras de alimentos o medicamentos. Quienes tienen frenado desde principio de año el impuesto a las grandes fortunas y negocian pagar tiquitaca la millonaria deuda con el FMI, le piden a docentes que no superan la línea de pobreza que sean buena gente y trabajen de forma gratuita. En este sentido es importante señalar que un docente recién ingresado cobra $30.555 cuando la línea de pobreza está medida por el Indec en $47.215. Es decir que los docentes, desde el ingresante hasta el de 22 años de antigüedad, son pobres.

El problema no se soluciona con voluntad, sino con decisión política

Hay que poner todos los recursos necesarios al servicio de la atención sanitaria de la provincia y para el tratamiento del Covid-19 en particular.

Hay que discutir recomposiciones salariales que como mínimo cubran la inflación de este año, calculada por BCRA en  un 40%, para lo cual todos los gremios estatales, entre ellos los docentes, necesitan una oferta del 20% al básico que complemente la recomposición de principio de año.

Hay que garantizar internet gratuito para estudiantes y docentes

Y hay que implementar becas de ayuda económicas para estudiantes en condiciones de vulnerabilidad.