Sindicales

1/12/1994|433

Santa Cruz necesita una Central Obrera

La victoria de los trabajadores mineros de Río Turbio puso en evidencia un problema crucial del movimiento obrero santacruceño: la ausencia de una central obrera regional o de una intersindical. Esta falta está suplida en algunas pocas provincias por la existencia de frentes sindicales o frentes de gremios estatales, pero en Santa Cruz no existe ni siquiera este remedo parcial. El triunfo del Turbio fue obtenido por la tenacidad de los mineros y la absolutamente extraordinaria movilización de las poblaciones vecinas, pero estuvo notoriamente ausente la movilización sindical de la provincia, a pesar de que el conjunto del movimiento obrero santacruceño pasa por problemas similares a los del Turbio. Los estatales, por ejemplo, se encuentran entre los peor pagos del país.


La ausencia de una intersindical que sea capaz de plantear conjuntamente las reivindicaciones de los asalariados tiene una naturaleza política, esto porque la mayoría de las direcciones sindicales de Santa Cruz, o al menos las principales, responden a la burocracia nacional del CTA. La política de esta burocracia es contraria a formar intersindicales o centrales obreras regionales, que abarquen al conjunto del movimiento obrero, ya que para ella sólo se trata de formar filiales político-sindicales del CTA. Es decir, fracciones que respondan a una determinada corriente del movimiento obrero. Si se tienen en cuenta las últimas declaraciones de Víctor De Gennaro, favorables a subordinar la acción de los trabajadores a la formación de una coalición electoral del “Cavallo” Alvarez, Bordón y Storani, resulta claro que esa fracción político-sindical que se pretende consagrar en todas las provincias, se transformaría en un comité electoral de los candidatos patronales. De la misma manera, el CTA subordina su acción al llamado Congreso del Trabajo y de la Producción, el cual se encuentra dominado por cinco entidades patronales que impulsan la “jubilación privada”, la “flexibilización laboral”, los subsidios a los capitalistas y la devaluación de la moneda. Sin embargo, en Santa Cruz los trabajadores necesitan la unidad sindical para luchar por sus reivindicaciones, y esto es lo que debe prevalecer, como prevaleció en Río Turbio. Ni el CTA, ni el Frente Grande, ni el CTP, ni tampoco la burocracia de ATE nacional, aportaron nada para la victoria; ésta se logró gracias a la unidad más masiva que se haya registrado en alguna localidad del país luego del santiagueñazo, junto a lo ocurrido hace dos semanas en Senillosa, provincia de Neuquén (ver artículo sobre el tema). En resumen, es necesario llamar a un congreso de delegados elegidos por las bases para reconstruir la Intersindical de Santa Cruz.


Más rápido que los dirigentes sindicales para ver el problema que estamos señalando ha sido el gobernador Norberto Kirchner, al anunciar una bonificación de fin de año para los empleados públicos, acrecentándola con una cláusula de “presentismo”. La función de esta cláusula es inhibir las medidas de fuerza, porque cualquier día de ausencia “injustificada” puede hacer perder hasta la mitad del salario de bolsillo. El clan gobernante en Santa Cruz pretende, de este modo, tornar inútil la necesidad de una organización obrera. Los docentes de las poblaciones de la región del Turbio ignoraron este impedimento para salir en solidaridad con los mineros y han logrado que se les reconozca, al igual que lo ocurrido con los huelguistas de YCRT, el pago de los días caídos.


La necesidad de la Central Obrera regional se presenta más agudamente todavía a partir del hecho de que los trabajadores del Turbio están obligados a mantenerse alertas y a proseguir su acción, dado que la patronal no ha renunciado a sus objetivos de despidos masivos. A esta perspectiva de lucha futura los partidarios del CTA creen responder recomendando la formación de un Congreso del Trabajo y de la Producción, es decir, la unión con las patronales sobre la base de un movimiento obrero inexistente como tal. Hay que rechazar semejante despropósito; hay que unir a los trabajadores entre sí y a las organizaciones sindicales entre sí, para luchar por un pliego reivindicativo y por medio de un congreso de delegados; de ningún modo es justo mantener a los obreros impotentes y unir a algunas de sus cúpulas con las patronales que los atacan todos los días. Esto es elemental. El solo hecho de que alguien no lo entienda así lo retrata de cuerpo entero.


Por un Congreso de Delegados que forme la Intersindical de la provincia de Santa Cruz.