Tras un accidente sobre la ruta provincial 14 que une Villa Mugueta con Pueblo Muñoz, dos maestras fallecieron cuando se dirigían a dar clases. Ambas eran reemplazantes y tenían que hacer ese trayecto en ruta para poder trabajar.

La situación a la que eran expuestas estas trabajadoras es algo que ocurre muy a menudo en la docencia santafesina. La falta de creación de nuevos cargos expone a miles de docentes a una sobreexplotación, teniendo que trasladarse de pueblo en pueblo para dar clases.

A todo esto, debemos sumarle que este traslado de varios kilómetros mayormente es un “sálvese quien pueda”. En muchos casos no existe transporte público que conecte de manera directa un pueblo o ciudad con otra, no funciona el boleto educativo rural, y el transporte puede llegar a costar entre de $3000 y $7000. Así los docentes se ven obligados a compartir transporte privado, hacer dedo o exponerse a manejar en rutas en un estado deplorable.

En este sentido, el presidente comunal del pueblo donde se encontraba la escuela, denunció que la ruta 14 tuvo un aumento de siniestros viales en el último tiempo, debido al incremento de tránsito de camiones en dirección al puerto por el mal estado de la aledaña ruta nacional 33.

En la región hace años no se construyen establecimientos nuevos que garanticen, en primer lugar, la cursada de cientos de alumnos y por lo tanto el ingreso de nuevos docentes.

Con los anuncios de recorte en la obra pública por parte del gobierno de Milei, asistimos a una crisis agravada en materia edilicia. Escuelas y jardines con licitaciones que con gobiernos anteriores no se terminaron, corren peor suerte con el plan motosierra.

El absurdo es total, chicos sin lugar donde aprender y docentes sin cargos donde enseñar.

La política de ajuste del gobernador Maximiliano Pullaro sobre los trabajadores del Estado y en particular sobre la docencia agrava esta crisis. La aplicación del “premio por asistencia”-que no es más que la instalación del presentismo- es una avanzada sobre el derecho a las licencias que obliga implícitamente a la docencia a trabajar enferma y deja sin trabajo a los reemplazantes que deben tomar los pocos cargos que existen, inclusive si estos quedan a varios kilómetros de distancia de donde residen.

La falta de creación de cargos, de infraestructura, de transporte y de mantenimiento de las rutas, sumado a los problemas de salario, son un combo explosivo que expone a miles de maestros a accidentes de este tipo. Este hecho trágico no es aislado, y la situación da cuenta que puede ocurrir algo similar en cualquier momento.

La precarización y sobreexplotación mata, el Estado es responsable. Justicia por Luz y Carolina.