Sindicales

5/10/2017

Santa Fe: otra muerte obrera en el Cordón Industrial

Laureano G., de 35, cayó en un silo de Bunge. Su cuerpo fue rescatado 20 horas después.

candidata a diputada nacional por el Frente de Izquierda


Una nueva muerte obrera ocurrió el pasado martes 3 en el Cordón Industrial de Santa Fe: Laureano G., de 35 años, falleció como producto de su caída desde un silo en la planta cerealera de Bunge.


 


Hasta el momento la empresa sólo dio cuenta de la muerte del trabajador, sin dar mayores explicaciones sobre lo sucedido. Se trata de un crimen capitalista similar al que sucediera hace 10 años en la cerealera Vicentín, cuando Ramiro Burgueño cayó al silo con cereal y sus restos pudieron ser encontrados tras muchas horas. En el caso de Laureano, tuvieron que pasar 20 horas para poder rescatar el cadáver.


 


Laureano se suma a toda una lista de obreros muertos en estos últimos meses –sin contar los accidentes que, por no llegar a ser letales, no trascienden en los medios. Los ritmos de producción y la falta de medidas de seguridad exponen la vida de los laburantes a todo tipo de riesgos cada vez que ingresan a estas plantas, cuyas patronales amasan fortunas y son premiadas por gobierno nacional con la baja de las retenciones.


 


El titular del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA), Pablo Reguera (alineado con el candidato kirchnerista Agustín Rossi) dio declaraciones nefastas a los medios, en las que afirmó que el hecho era "curioso" y deslizó que la responsabilidad sería del trabajador –ubicándose totalmente al servicio de la patronal de Bunge. Al sindicalista no le parece “curioso” que los obreros caigan muertos como moscas, que las empresas -como sucedió con el incendio en Molinos- no lleven adelante políticas de seguridad ni para sus obreros ni para la población y muchos menos que no existan controles en las plantas por parte del gobierno provincial ni de los municipales, que hacen la vista gorda.


 


Desde el Partido Obrero nos solidarizamos con la familia de Laureano y señalamos al empresariado y a los gobiernos provincial y municipal como responsables de su muerte. La vida de los trabajadores no puede ser una ruleta cada vez que ingresan a los pulpos cerealeros, a los que les sobra dinero para invertir en medidas de seguridad.


 


El movimiento obrero tiene que sacar sus conclusiones. Debemos parar las muertes obreras.


 


Por plenarios de delegados de base en cada fábrica.


 


Por comités de seguridad e higiene votados en asamblea con mandato de parar la producción ante riesgo de vida.


 


Que las CGTs del Cordón Industrial llamen al Paro Regional ya contra las muertes obreras y la precarización laboral.