Santiago del Estero: balance de la histórica huelga docente

El 29 de abril se suspendió la huelga docente en Santiago, de 60 días de duración. La profundidad y extensión de la medida alcanzó niveles que no se veían desde el santiagueñazo. Tuvo lugar una acelerada delimitación de fuerzas gremiales y políticas. Se consiguieron pequeños logros reivindicativos y quedan pendientes los dos reclamos centrales: pase al básico de todas las sumas en negro, paritarias libres


El 29 de abril se suspendió la huelga docente en Santiago, de 60 días de duración. La profundidad y extensión de la medida alcanzó niveles que no se veían desde el santiagueñazo. Tuvo lugar una acelerada delimitación de fuerzas gremiales y políticas. Se consiguieron pequeños logros reivindicativos y quedan pendientes los dos reclamos centrales: pase al básico de todas las sumas en negro, paritarias libres.


El reclamo


El eje del paro fue el reclamo de pase al básico de las siete sumas en negro y paritarias libres. En Santiago no hay paritarias desde los ’90 y se percibe el salario más bajo del país, tanto básico (2.900 pesos) como de bolsillo. 


Si bien no se logró la convocatoria a paritarias ni el pase al básico de las cifras en negro, el reclamo se colocó en el centro de la agenda popular, y el gobierno tuvo que salir a prometer el blanqueo para el próximo año.


Las medidas


La huelga por tiempo indeterminado, convocada por la asamblea provincial del gremio Cisadems, comenzó el 1° de marzo. Se realizaron movilizaciones semanales masivas, que llegaron a convocar a 20 mil docentes de toda la provincia. La mayor adhesión al paro estuvo en las localidades del interior. Los docentes de capital y Banda, sin parar en su totalidad, estuvieron presentes masivamente en las movilizaciones.


Al paro se sumó también el gremio de docentes municipales de toda la provincia (Adem). En el curso de la lucha se conformó una “mesa de coordinación docente”, que incluyó a Cisadems, Adem, Sisadoc (sindicato minoritario que no convocaba al paro, pero participaba en las marchas), Autoconvocados, Tribuna Docente y Docentes en Marcha. Sisadoc luego defeccionó, intentando abrir un diálogo propio con el gobierno, que no llegó a nada.


Una instancia muy importante fue el plenario provincial de delegados escolares, convocado por propuesta de Tribuna Docente (votada en asamblea de Cisadems). El plenario logró convocar a docentes afiliados (de todos los gremios) y no afiliados, unificando un plan de lucha común y exigiendo a los gremios nacionales una marcha federal.


Los límites


La lucha encontró dos límites centrales para obtener una victoria decisiva: en primer lugar, el paro no consiguió la adhesión mayoritaria de la docencia del principal núcleo urbano (Santiago-Banda).


Por otra parte, el paro fue deliberadamente aislado por la burocracia sindical nacional: tanto Ctera como Cea (Confederación a la que pertenece Cisadems, pero que actuó con métodos y medidas distintas a las de la dirección del gremio local) evitaron parar (recién lo hicieron el 4 de abril, sin perspectiva de continuidad), a pesar de que había luchas de gran magnitud en diversas provincias. La marcha federal fue ignorada olímpicamente por Ctera y convocada sólo nominalmente por la Cea (sólo la garantizaron los gremios combativos de Capital y provincia de Buenos Aires).


Las perspectivas


Si bien el paro no logró arrancar una victoria contundente, el gobierno tampoco pudo derrotar al movimiento docente. Hubo pequeños logros (cobro en el aguinaldo de seis de las siete sumas en negro; inclusión en garantía salarial de cargos fuera de aula) y la vuelta a clases no se realiza con ánimos de derrota, sino con la conciencia de retomar fuerzas para reemprender la lucha.


Ha surgido un impetuoso activismo en todo el territorio santiagueño. Se trata de un hecho político de trascendencia mayúscula en una provincia en la que domina un unicato, con métodos represivos y de persecución política.


La lucha docente ha contrastado brutalmente programas y corrientes políticas: las organizaciones kirchneristas locales han boicoteado abiertamente la lucha, mostrando que su alianza con el zamorismo no era “táctica” sino de principios. Muchos militantes y simpatizantes K han participado activamente de la huelga, lo que marca un principio de ruptura política. El bloque UCR-Cambiemos quiso hacer demagogia con la lucha docente, pero pronto fue desautorizado por el propio ministro Bullrich, quien había realizado campaña electoral en la provincia prometiendo el blanqueo y terminó defendiendo abiertamente la política educativa zamorista, lo que le ha valido un repudio masivo.


El sector más activo de la docencia está sacando conclusiones políticas: la marcha del día del trabajador, realizada el 29 de abril, logró llegar a Casa de Gobierno. Allí, muchos cánticos docentes planteaban que el zamorismo debe dejar de gobernar.