Sindicales

17/5/1993|391

Santiago del Estero: Extraordinaria huelga docente

Durante 50 días la docencia santiagueña cumplió una huelga por tiempo indefinido para reclamar el pago de deudas salariales, una recomposición de los salarios (básico de 360 pesos), la titularización de interinos y contratados, boleto gratis para los docentes y alumnos, funcionamiento de los comedores, etc. El gobierno ha desquiciado a tal punto la educación pública, que adeuda  8 meses de sueldos a los docentes suplentes; ha llegado, en las vacaciones, a suspender por completo el funcionamiento de los comedores, y luego de aceptar la transferencia de las escuelas nacionales, ha declarado que carece de fondos para ejecutar la equiparación salarial, y les está pagando con retraso los miserables 85 pesos, que es el salario de los docentes transferidos, cuando en la provincia el básico es de 160 pesos.


Con este panorama, en marzo, la decisión de todos los gremios fue unánime de no iniciar las clases. El gobierno maniobró, primero retrasando el inicio del ciclo lectivo, luego decretando el no pago de los días de huelga; posteriormente decretando la conciliación obligatoria, que sólo fue aceptada por las cúpulas de la llamada Intergremial (Sadop, Amet, docentes secundarios, etc.), pero no así por AESyA, que es el gremio mayoritario de la docencia provincial. La docencia logró sortear todos estos obstáculos y la huelga se fue fortaleciendo, con el creciente apoyo de los padres y de los alumnos. Se concretaron varias movilizaciones masivas tanto en la capital como en los pueblos del interior. Se han sumado a la lucha la docencia de los colegios religiosos y también los de las escuelas de la Municipalidad de Santiago (cuya intendencia está a cargo de Bonacina, de la UCR, un hombre ligado a Zavalía), a quienes también se les está negando una recomposición salarial y otros reclamos.


La huelga logró sortear también las pugnas y divisiones existentes entre diversos sectores de la dirigencia, especialmente en AESyA, donde está la camarilla del secretario general, Roberto Díaz, burócrata aliado al actual gobierno, cuestionado por diversos actos de corrupción, y también está el sector de “Autoconvocados” (de orientación centroizquierdista) que agrupa a sectores del cuerpo de delegados, quienes en el pasado impulsaron una suerte de paralelismo sindical. El fenomenal impulso de la huelga desde abajo superó la pasividad de la CGT y del CTA (en Santiago se llegaron a realizar los encuentros más numerosos del NOA, en el proceso de formación del CTA).


En la Legislatura, el debate del conflicto docente llevó el 6 de abril a que se sancionara una Ley de Emergencia Educativa que autoriza al gobierno a modificar el presupuesto, y así disponer de las partidas para dar solución a todas las deudas salariales, la equiparación a los transferidos, y un salario mínimo de 360 pesos. Esto, lejos de calmar los ánimos, los terminó enervando aún mas, pues el ejecutivo se negó a promulgar la ley.


Llegado a este punto hizo su aparición la pandilla de Mary Sánchez, quien recorrió la provincia, con un discurso “combativo” , e incluso llamando a una marcha, pactada con el caudillo radical Zavalía. Todo esto para sembrar el divisionismo, al punto de reclamar a la justicia la intervención de AESyA pretextando los afanos mencionados del secretario general. En ese marco la Mary firma un acuerdo con el gobierno, que accede a una serie de reclamos, pero deja el aumento salarial para ser estudiado por una comisión. Creyendo que el agua le había alcanzado para apagar el incendio, la bombera Mary Sánchez proclama la solución del conflicto. Al día siguiente el 90% de la docencia seguía de paro hasta la obtención de los 360 pesos de básico, e incluso en algunos lugares se combinaron con reclamos de otros sectores, como ocurre en Termas de Río Hondo, donde están parando los trabajadores del casino, y es inminente el paro de los municipales, con lo cual se paralizaría completamente la ciudad.


Zavalía no ha sido prescindente en esta lucha. Le dio gran manija a Mary Sánchez y está le devolvió los elogios en sus discursos. Cuando vio que la política de la burocracia de Ctera fracasaba en levantar la huelga, se plegó a respaldar a Roberto Díaz, a quien calificó de “dirigencia honesta y sacrificada”, en momentos en que éste está planteando como salida para destrabar el conflicto, un recambio de gabinete.


La victoria de la lucha está a un paso. Para ello es necesario elegir un comité de huelga en base a delegados mandatados de todas las escuelas y lugares de trabajo que unifique en una sola estrategia a toda la docencia, a los padres y a la juventud. Por esta vía se impedirá que alguna maniobra de los burócratas pueda hundir la lucha, y por otra será una palanca para extender la lucha docente con el conjunto del pueblo trabajador, abriendo la vía a la huelga general provincial que aplaste al gobierno hambreador.