Sindicales

8/12/1993|408

“Saravia a Batán”

La patronal del pescado prepara un nuevo ataque contra los trabajadores. La Cámara de Armadores se presentó al Ministerio de Trabajo solicitando la aplicación de la “situación de emergencia económica” prevista en la Ley de Empleo, lo que le permite el despido de trabajadores con el pago de sólo el 50 % de indemnización. Este reclamo de vía libre a las cesantías fue acompañado por un mar de lágrimas sobre los efectos del retraso cambiario “que dificulta la exportación”. Le reclaman a Cavallo, además, que los recompense con financiación de exportaciones, reembolsos, devolución de impuestos u otros “mecanismos similares”.


La opinión generalizada entre los trabajadores del pescado es que las patronales han salido a reclamar la “emergencia” frente a la amenaza de un parate en las exportaciones (éstas no se han detenido, pero “se hacen a pérdida”, según un informe de las cámaras empresariales —Clarín, 4/10/93), pero también para chantajear los reclamos salariales y el recalentamiento de la situación que se vive en las plantas. La situación en el puerto ha variado. Los pulpos pesqueros más fuertes salieron fortalecidos de las quiebras de hace tres años (Ventura, Poletti, Jorge Antonio, Greco), quedándose con una porción mayor del mercado y con plantas nuevas. Valvastro, Solimeno, Mozcuzza, Zanella Mare, Contessi, los “triunfadores” en la puja, se han consolidado sobre la base de una feroz superexplotación obrera, a partir de la flexibilización laboral paralela a la liquidación de los convenios de portuarios, marítimos y del Soip (donde se cobran quincenas de 120 pesos) y la creación forzada de “cooperativas” a las que se deriva parte del trabajo de las plantas con precios fijados por los pulpos.


La política de Saravia (menemista, titular del Soip y de la CGT) está dictada por las patronales. Hasta hace poco tiempo la “consigna” era “no se puede pedir aumento”. En la base del gremio hubo un reguero de luchas y reclamos salariales, vinculados a la falta de pago (Mellino) o a pedidos de aumento encubiertos como mejoras en el premio de producción  (Campagnola, El Marisco). Con este trasfondo, delegados de varias plantas le reclamaron una “entrevista” a Saravia y éste propuso formar una “paritaria” con cinco delegados por rama y hacer un pedido miserable de 20 pesos de aumento sólo para ganar tiempo. Ambos pedidos fueron rechazados.


Luego de esto el Soip siguió inmovilizado, la tensión en las plantas sigue y las patronales, viendo lo que se puede venir, se han lanzado a amenazar con la “crisis pesquera” y la posibilidad de despidos. La directiva del Soip hace agua por todos lados. Está procesada por estafa y cohecho por un plan de viviendas y los vecinos del barrio Soip se movilizan a  tribunales y han popularizado una consigna: “Saravia a Batán” (cárcel). Por otro lado, Saravia ha tenido que enfrentar el paro del personal de la Obra Social por falta de pago, lo que habla del desquicio y vaciamiento financiero cometido por la burocracia.


Frente al debate en las fábricas y en el cuerpo de delegados, la Lista Celeste (PO e independientes) llama a organizar un frente unido de activistas y delegados empeñados en recuperar al Soip para impulsar una campaña por el salario (incorporación de premios al básico, $0.20 el kg. para fileteros y $ 3 la hora para envasadores) en las plantas y reclamar la asamblea general para denunciar el convenio, nombrar una comisión investigadora del manejo de los fondos sindicales y de la obra social, y elaborar un pliego de reclamos y un plan de acción. La Lista Celeste tiene planteado abrir una discusión a fondo con los activistas e impulsar la reorganización de los cuerpos de delegados en las plantas y las “cooperativas”.