Sindicales

16/7/2024

Se derrumba la industria automotriz sobre las espaldas de los trabajadores

Industria automotriz.

El derrumbe de la industria no para. Hace varios meses que las automotrices en particular y todas las empresas autopartistas vienen achicando su producción, producto de la estrepitosa caída de las ventas, por una recesión que empieza a transformarse en depresión económica.

El gobierno no consigue ningún rescate financiero desde el exterior, el campo no liquida las cosechas, generando una falta de dólares que impacta de lleno en la producción de automotores, lo que impide a las empresas girar sus dividendos a las casas matrices, en medio de una crisis productiva.

Todas las patronales del sector están descargando la crisis sobre los laburantes, haciendo recortes, aumentando la productividad. Avizoran un futuro más oscuro y alertando que las consecuencias serán catastróficas, pasan la factura a los trabajadores. Pero jamás distribuyeron el colchón de súperganancias que extrajeron, de la sobrefacturación, del negocio con el tipo de cambio del gobierno anterior, o la precarización y aumento de la productividad que impusieron con la reforma laboral.

Una de las provincias más afectada es Córdoba, donde se encuentran varias terminales.

Renault bajó a 6 horas la producción en su planta. Iveco, Fiat y Volkswagen aplican suspensiones rotativas o directamente los operarios trabajan 4 días a la semana. La empresa Scania de Tucumán suspendió a todos sus operarios, parando la producción, en principio por un mes. En Buenos Aires el panorama no es distinto; en VW siguen los apriete para que los trabajadores acepten un retiro “involuntario”, Ford optó por adelantar vacaciones adeudadas y suspender a los compañeros con menor antigüedad.

La burocracia del Smata al servicio de las empresas

Todas estas medidas tomadas por las empresas son con recorte salarial y con el aval del Smata, diciendo que hay que “proteger los puestos que quedan”, mientras son la correa de transmisión del apriete patronal. Hay que aclarar que con la vuelta del Impuesto a las Ganancias, más del 80% de los trabajadores del sector automotriz sufrirá descuentos brutales.

El último informe de Adefa indica que la producción acumulada en los primeros seis meses del 2024 estuvo por debajo del promedio de los últimos diez años. En lo que va del año se produjeron 80.000 unidades menos que en el mismo periodo del 2023.

En el mes de junio la producción cayó un 16,7% con respecto al mes de mayo y un escandaloso 40% con respecto al mismo mes del año pasado. Las exportaciones también cayeron un 9,1% en el último mes. El desplome económico queda al descubierto con un 22% menos de ventas interanuales.

La política industrial proteccionista de Brasil, como un intento fallido de afrontar la crisis capitalista, que partió de una devaluación con la ventaja de la reforma laboral impuesta en años anteriores, con exenciones impositivas y todo tipo de beneficios a las patronales brasileras, son un golpe de gracia para la industria argentina que cae por el barranco. Pero que pretende que seamos los trabajadores los que paguemos, con nuestras condiciones de vida, los platos rotos de la fiesta.

Desde el Partido Obrero planteamos la necesidad abrir los libros contables, para que queden a la vista las extraordinarias súperganancias obtenidas en los últimos años y demostrar así que las empresas tienen condiciones para absorber los costos de la crisis, repartiendo las horas de trabajo disponibles entre los obreros sin reducir sus salarios.

Mientras tanto, la CGT y las CTAs dejan pasar el ajuste

Es harto sabido por los trabajadores que la CGT y las CTAs dejaron pasar los ajustes, las reformas laborales y la licuación de los salarios mediante la inflación, la devaluación y los tarifazos.

Ahora salen los dirigentes de la CGT a decir que no va haber un nuevo paro nacional. Consideran suficientes los dos paros aislados (domingueros y desalentando la movilización) en siete meses de un gobierno que claramente le declaró la guerra a la clase trabajadora. Han salido al rescate de Milei, para dejar pasar la Ley Bases y la reforma laboral, tan reclamada por la UIA, para destruir nuestras conquistas históricas. Bastaba un plan de lucha consecuente, un paro nacional activo de 36 hs, para quebrarla y derrotar al gobierno.

Pareciera una cargada esta posición tomada por la central obrera que mayor cantidad de gremios nuclea, pero por lo visto refleja una postura general de las burocracias sindicales, especialmente del Smata que, dejando a la deriva a los obreros metalmecanicos, permite a las patronales seguir descargando sobre los trabajadores el ajuste, suspendiendo con reducción salarial y con despidos encubiertos, bajo la denominación de “retiros voluntarios” o prejubilaciones.

Las y los trabajadores de las automotrices vienen soportando ritmos de producción inhumanos que repercuten directamente en la salud física y mental de los compañeros. No podemos seguir esperando, es necesario tomar la lucha y la organización en nuestras manos, por ejemplo la batalla que están dando los compañeros del Sutna, la docencia universitaria o los trabajadores de la salud, convocando a asambleas, paros, movilizaciones, y todo tipo de acción en defensa del salario, los puestos de trabajo, la educación y la salud.

Así entendemos desde el Partido Obrero y la Coordinadora Sindical Clasista la necesidad de preparar la huelga general para derrotar a Milei, exigiendo que se termine la persecución y represión contra los que salen a reclamar por sus derechos, enfrentando la “motosierra” de los gobernadores, quienes con la excusa de no hay plata trasladan el ajuste del gobierno.

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