Sindicales

14/8/2003|813

Se expropió Sasetru

La nueva etapa

La aprobación definitiva de la expropiación de Sasetru constituye un enorme triunfo de la clase obrera. A cuatro meses del desalojo y luego de una movilización incesante, incluso a nivel internacional, la Cámara de Diputados confirmó la media sanción del Senado, convirtiendo en ley el proyecto de expropiación de la fábrica.


Sasetru es la primera planta que fue ocupada desde afuera, por el movimiento de desocupados. Esto la distingue de otras ocupaciones, donde la iniciativa nació de los propios trabajadores de las fábricas afectadas, quienes se movilizaron para impedir el cierre y preservar sus puestos de trabajo. En el caso de Sasetru estamos en presencia de un salto de gran alcance, pues la clase obrera ha actuado con una comprensión directa de la responsabilidad social y política del capitalismo por la desocupación. El significado revolucionario es evidente: apunta a una reorganización integral de la sociedad sobre nuevas bases sociales. En Sasetru está retratada la maduración política del movimiento piquetero y, más en general, del movimiento obrero.


Importante precedente


En segundo lugar, Sasetru es un gran aliciente para todas las fábricas en conflicto. Con la expropiación de Sasetru se sienta y se consolida un precedente, pues no estamos ante un fábrica quebrada o en concurso de acreedores. Por segunda vez (el antecedente inmediato es la fábrica Acrow, ubicada en Quilmes) se expropia un establecimiento cuyo titular – en este caso, la empresa Molisur, subsidiaria de Molinos Río de la Plata – , es dueño “sin limitaciones” de la fábrica y no está sometido a un proceso concursal. Esta circunstancia sirve para tirar abajo todos los pretextos que se vienen planteando para no expropiar Brukman con el argumento de que “hay un dueño” y que “la empresa no está en quiebra”. Sirve para Clínica Junín, que viene luchando desde hace varios meses para romper el cerco impuesto al proyecto de expropiación por De la Sota. Ni hablarde Zanon.


El Polo Obrero ha tenido el mérito de poner en práctica las resoluciones adoptadas por las Asambleas Piqueteras, que aprobaron ocupar las plantas inactivas y ponerlas nuevamente a producir. Sasetru es la avanzada en este proceso y marca un rumbo para el conjunto de los explotados.


La nueva etapa


Con la aprobación definitiva de la expropiación de Sasetru entramos en una nueva etapa. Ahora hay que conseguir que el gobernador Solá ratifique la ley y no la vete. Más importante aun, es necesario que los trabajadores tomen posesión del establecimiento, que, luego del desalojo de marzo pasado, se encuentra en manos de Molisur y está custodiada por efectivos de la policía y de la guardia privada contratada por la empresa.


A partir de la sanción de la ley se inicia un juicio expropiatorio, con sus plazos procesales, postergaciones, trámites burocráticos y chicanas de la patronal de por medio. Hay una situación previa, incluso, y es que el Ejecutivo encare el trámite expropiatorio, una iniciativa que hasta ahora no ha tomado con ninguna de las empresas que han sido beneficiadas con leyes de expropiación. Estamos, por lo tanto, ante la posibilidad de todo tipo de maniobras dilatorias, que ponen seriamente en riesgo el reingreso de los trabajadores a la planta.


El carácter de la “expropiación”


Por otro lado, el Estado no regala nada. La Cooperativa obrera deberá comprar el establecimiento. Los trabajadores ni siquiera establecen las condiciones de esa compra, pues la ley plantea que esas condiciones son fijadas unilateralmente por el Poder Ejecutivo provincial. La Cooperativa de Sasetru comparte, además, todas las penurias a las que están sometidas las restantes fábricas recuperadas por sus trabajadores. El Estado no suministra un auxilio económico, recayendo enteramente en la Cooperativa la responsabilidad y el peso de la obtención de los recursos, tanto para acondicionar la planta como para el capital de trabajo indispensable para comenzar a producir. Es necesario, entonces, un plan de lucha para arrancar la promulgación, la expropiación efectiva y el aporte del Estado. Los trabajadores de Sasetru contamos con el movimiento obrero, cuyas organizaciones, especialmente en Europa y Estados Unidos, vienen dando un apoyo político y también económico.


Están contempladas entrevistas con los responsables para formalizar estos reclamos al gobierno y solicitar avanzar en convenios para que el Estado compre la producción de alimentos de Sasetru y la destine a los sectores de la provincia que lo necesitan. Ese pedido va a ser respaldado con la movilización.


Debemos convertir el reclamo de apoyo económico a las fábricas vaciadas que han pasado a manos de los trabajadores en una gran bandera de lucha, y vamos a convocar al conjunto de las empresas bajo gestión obrera a una pelea en común por ese objetivo. Esta lucha en común debe ser el embrión para poner en pie una gran central de fábricas ocupadas y en lucha, como parte de la pelea por una transformación social general que la clase trabajadora está llamada a encabezar.


Sasetru, al igual que el resto de las luchas que está encarando la clase obrera, no tiene futuro como compartimento estanco ni como unidad económica aislada. Esto vale en términos generales y más todavía para Sasetru, que pertenece al rubro alimenticio, el cual está altamente concentrado en un puñado de empresas – empezando por Perez Companc – , cuyos principales proveedores – las molineras que proveen la harina para la astas – , están en manos de un grupo reducido de monopolios, como Bunge & Born, Cargill y la propia Perez Companc.


El futuro de las empresas recuperadas se va a jugar en la arena más general de la lucha de clases y va a estar condicionada por el desenlace que tenga la actual crisis política nacional. Una central permitiría darle una estatura nacional a la lucha para enfrentar la competencia capitalista y la fuerza monopólica del capital, y afianzar la lucha por una salida política de conjunto frente a la bancarrota capitalista.