Un extrabajador de la firma de electrodomésticos Garbarino se suicidó la semana pasada, agobiado por problemas personales y económicos, según informó en Twitter la periodista Graciela Moreno, de BAE.

Cristian Loyola era uno de los miles de despedidos del grupo Garbarino que nunca cobraron su indemnización. La firma del empresario Carlos Rosales adeuda también sueldos, retiros voluntarios, y los empleados perdieron la cobertura de salud debido a la falta de pago por parte de la patronal. Esto último dejó en el más completo desamparo a trabajadores afectados por graves enfermedades, como Gabriela Molinero, quien falleció en noviembre de 2021 por una leucemia.

“[Loyola] se separó, no conseguía trabajo y desesperado por las deudas se quitó la vida”, señala Moreno.

Rosales compró el grupo Garbarino en el 2020, con más de 4.300 empleados. Compumundo, Garbarino Viajes, Digital Fueguina y Tecnosur forman parte de ese conglomerado. Para el mes de noviembre de 2022, de un total de más de 200 sucursales, habían quedado en pie solo 4 locales de Garbarino y 8 de Compumundo. Unos 3.800 trabajadores -algunos con más de 20 años de antigüedad- perdieron sus puestos laborales. La empresa trató de justificar el cierre masivo, escudándose en la caída del consumo durante la pandemia.

Los empleados de las plantas Digital Fueguina y Tecnosur, ubicadas en Tierra del Fuego, que proveen artículos para Garbarino, realizan una permanencia en las instalaciones debido a deudas salariales. Para sobrevivir, elaboran y venden pan y churros.

Los despidos y la falta de pago desataron un proceso de autoconvocatoria y lucha por parte de los empleados de las sucursales. Hubo movilizaciones al Ministerio de Trabajo, cortes en el Puente Pueyrredón, e incluso una acción frente a la Casa Rosada.

Gabriel Yapura, referente electo de los despedidos e integrante de la agrupación Naranja de Comercio, explicó a Prensa Obrera que la situación de los despedidos es desesperante. Con dificultades para conseguir nuevos empleos, subsisten haciendo changas, trabajando para aplicaciones (como Uber o Rappi), y en algunos casos hasta cartoneando.

“Garbarino rompió un contrato básico con sus trabajadores y fue apañada por el Ministerio de Trabajo y el Sindicato [de Empleados de Comercio]”, añade. A lo largo de más de una treintena de audiencias, no ha habido respuestas para los trabajadores, que van recibiendo pagos a cuentagotas, de algunos centenares de pesos, que no alcanzan para nada.

En octubre de 2021, los trabajadores lograron una audiencia con Alberto Fernández, quien les prometió vanamente que no perderían sus puestos. Rosales y la conducción de Comercio tienen una relación que se remonta a la llegada del empresario a Garbarino, que habría sido alentada por el mismo sindicato.

Actualmente, Garbarino –que tiene una deuda que asciende a 20 mil millones de pesos- se encuentra en concurso de acreedores. La empresa quiere privilegiar el pago a grandes marcas y condiciona la cancelación de sus compromisos con los trabajadores a una reactivación del emprendimiento. El mundo del revés: quienes deberían tener prioridad en el resarcimiento son el último orejón del tarro.

Todo el apoyo a los despedidos de Garbarino en su lucha.

https://mobile.twitter.com/Gracielmoreno/status/1614026625930207232

https://prensaobrera.com/sindicales/supermercado-vital-reincorporacion-ya-de-martin-roman