Sindicales

31/3/2011|1170

Secretos de padrón

El análisis de la cuestión del padrón representa por sí sólo un balance electoral en el subte. De los 2.200 afiliados que llegó a tener la AGTSyP, sólo 1.650 fueron presentados el 23 de septiembre para la elección de la CTA, boicoteada por los hoy constructores de la clasista tricolor. Para esta elección del 23 de marzo, 15 días antes se entregó un provisorio de 1.200 cotizantes. A la semana, se entregó el definitivo de 1.304, cuya actualización corrió por exclusiva cuenta de la dirección oficial, lo que se ve claramente porque 27 compañeros de la oposición que actualizaron su cuota en tiempo y forma no fueron incluidos, lo cual se denunció a la junta electoral y al Ministerio de Trabajo.

De los números surge que entre septiembre y marzo se borraron 450 trabajadores. Un derrumbe del 27% del padrón en seis meses. Del plebiscito de 1.900 votantes en la fundación del sindicato se pasó a la votación de los actuales 1.035. Semejante retroceso, en un sindicato llamado a progresar a expensas de una burocracia cada vez más desprestigiada en el país y dentro de la UTA, es parte esencial del balance de la paz social K que ha regido la política de su dirección.

En otro plano, no hubo exhibición del padrón de 30 días como establece la ley, no se cumplieron los plazos de tachas, no se aceptaron las tachas opositoras. Si estos temas no fueron llevados a la Justicia, por decisión consciente de los constructores de la Naranja-Bordó-Violeta, fue simplemente porque no habrían sido comprendidos todavía, en el seno del sindicato de los luchadores contra la burocracia de la UTA. Pero su objetividad es demoledora. Está planteado el problema de la burocratización de la nueva organización que han construido los obreros del subte. Están dadas también todas las condiciones para luchar contra ella, como lo demuestra la gran elección de la tricolor.