Sindicales

27/12/2015|1395

Siderca: victoria por puntos en el primer round


Siderca despidió 189 trabajadores, luego de dejar afuera una cifra cercana a 1.500 trabajadores entre tercerizados, contratados diversos, discapacitados, jubilables y aquellos que se fueron por los llamados “acuerdos voluntarios”.


 


El jueves 17, en el turno mañana, decenas de compañeros no pudieron entrar y les anunciaron verbalmente que estaban despedidos.


 


Al mediodía se concentraron centenares en el cambio de turno, en un cuadro de tensión. La comisión interna informó de una audiencia en el ministerio al día siguiente y llamo a esperar. Cuando un grupo de delegados oficialistas trató de amedrentar a los gritos a un militante que repartía un volante del PO que llamaba a asamblea general para votar un paro, oponiéndole que el paro era para que echen a todos, estalló la indignación: “que baje Furlán”, “¿dónde está la directiva?” y se realizó una asamblea que votó marchar en ese momento al sindicato a reclamar una acción por los despidos. En la UOM, cerrada, no los atendió nadie, y una nueva asamblea votó concentrarse a las 20 en el cambio de turno siguiente.


 


Asamblea y la gran marcha


 


La concentración, con obreros del turno noche y mañana, deliberó y resolvió marchar con los de la tarde al centro de la ciudad. Centenares de compañeros, a pie y en caravana de autos marcharon a la plaza donde se realizó una gran asamblea. La Interna y la mayoría de los delegados, ausentes.


La repercusión en la ciudad fue tal que se hizo presente el intendente Abella, del PRO. Se desechó acompañar a la directiva a la audiencia en el ministerio al día siguiente: “hay que mantenerse en puerta de fábrica y movilizados acá”.


 


Una nueva marcha cosechó el respaldo de la población; los trabajadores de la Anses salieron a aplaudir, lo mismo los maestros de escuelas y la población desde las casas y balcones. Se acordó concentrarse en el sindicato, donde estaba previsto un congreso de delegados. La situación tomaba alcance nacional: en conferencia de prensa la gobernadora Vidal anunciaba la reincorporación, pero en las tercerizadas del grupo Techint, y llegaban noticias del acuerdo: suspensiones al 80 por ciento y reincorporación de todos a planta, pero en un “área de servicios” (llamado pool en fabrica) a disposición de tareas generales que la empresa considere, en general degradando el trabajo. Esta modalidad, implementada en otras oportunidades, es un factor de desmoralización del compañero: percibe un salario menor, lo que suele impulsarlo a irse.


 


Los compañeros para ingresar debían firmar un papel aceptando la nueva modalidad de trabajo, de lo contrario quedaban afuera.


 


Cómo seguirla


 


Estamos frente a un triunfo de una movilización que surgió de una autoconvocatoria y fue saboteada por la UOM. El resultado: la reedición de un acta de suspensiones al 80 por ciento y la reincorporación de los compañeros mientras dure el acta de suspensiones (seis meses prorrogables a otros seis) es un logro que tiene la mancha de la aceptación del pool por parte de la directiva y el plazo fijo que significa la posibilidad de que queden afuera en medio o un año.


 


La confianza en las propias fuerzas ha pegado un salto, así como la claridad sobre el rol desmovilizador y divisionista de la directiva del sindicato. En menos de un mes, la renovación de delegados ha mostrado sus límites, salvo excepciones.


 


En varios sectores están corriendo petitorios para que vuelvan los compañeros a sus tareas en forma definitiva, contra la flexibilización que deja su ausencia. Esto debe ser extendido a todos los sectores y turnos reclamando asambleas para consolidar el reclamo.


 


Denunciamos la acción disolvente del sindicato, y planteamos que debe ser neutralizada con la exigencia a los delegados para que sean portavoces de los reclamos del sector y no peones de una acción divisionista.


 


Que la UOM nacional lance un plan de lucha contra los despidos que tenemos en centenares de establecimientos en todo el país y en defensa del salario. Que la crisis, como se dijo, la paguen los patrones.