Mientras en la Plaza de Mayo el acampe expresaba los reclamos populares, por trabajo y aumento de salario, y los trabajadores del Garrahan continuaban la lucha por los 1.800 pesos de sueldo, los municipales de Avellaneda seguimos con la carpa en la Plaza Alsina, y volvimos a realizar asambleas y manifestaciones en la puerta de las dependencias.

El intendente Alvarez sumó la provocación política al descuento de días de retención de tareas y el control policial en las dependencias. Sus funcionarios han intentado provocar la reacción de los compañeros con todo tipo de injurias y calumnias; nos acusan de amenazar a los funcionarios y de hacer pintadas en el hospital intimidando a las autoridades. La última fue un panfleto en el que se acusa a la comisión directiva del gremio de integrar un supuesto frente piquetero nacional con D’Elía y Pitrola.

Néstor Pitrola, como otros muchos luchadores populares, ha venido a solidarizarse con nuestra carpa, y los municipales, con nuestro reclamo de 791 pesos de básico, estuvimos en la Plaza de Mayo porque nos une la solidaridad como clase obrera.

El presidente Kirchner y sus funcionarios han atacado el acampe en la Plaza, como una conspiración política; el ministro de Salud acusa de terroristas a los trabajadores de la salud que piden aumento. Cacho Alvarez pretende amedrentarnos diciendo que los dirigentes del gremio son piqueteros y nos acusa de “desestabilizar” la ciudad porque queremos un sueldo básico sólo tres pesos por encima de la canasta de pobreza.

Por el inmediato aumento de salario básico a 791 pesos

Por un sueldo para todos los trabajadores igual a la canasta familiar de 1.800 pesos.