El secretario adjunto del Smata Córdoba, Dragún, participó en las ‘jornadas de análisis de la realidad social’ organizadas por la Pastoral Social y el obispado de Mar del Plata. Allí, declaró que “sabemos que no hay recetas mágicas para aplicar. Más bien apelamos a la buena voluntad de los empresarios, para que no consideren al capital como un privilegiado tesoro propio, sino como una cantidad de talentos concedidos por Dios para que fructifiquen en servicios cuantiosos para todos sus hermanos, los trabajadores” (La Voz del Interior, 9/6).

En momentos en que la patronal de Ciadea declara públicamente la guerra a sus trabajadores, intenta nuevas ‘tercerizaciones’, desafuera a Tello (dirigente de la lista Blanca) y amenaza con aplicar el convenio Fiat-Smata, hablar siquiera de ‘buena voluntad’ patronal es una cretinada. El lugar en que fueron pronunciadas estas ‘santas’ palabras no es casual: el clero y la burocracia son las herramientas privilegiadas de las patronales y el gobierno para frenar el actual proceso de luchas obreras y populares.

La consigna de “Fuera Campellone” sigue siendo un problema estratégico para los trabajadores de Fiat y de Ciadea e, incluso, para todo el movimiento obrero cordobés.