Sindicales

1/11/1991|344

Un balance en caliente

Somisa: “La metodología que usa aquí Brunelli, toda la vida…”

Al día siguiente de la asamblea que resolvió el levantamiento de la huelga de Somisa entrevistamos a Javier, trabajador de mantenimiento en la acería. Este es un extracto de sus respuestas.

PO: ¿Cómo se puede relatar el comienzo de esta serie de despidos, el tema de los “retiros voluntarios”?

R: Lo del retiro voluntario es una cosa que no es tan voluntario, el gremio pedía que la gente no se anotara, porque supuestamente era una trampa, supuestamente los retiros eran para empezar a cobrar a partir de febrero, con la consigna de cobrar 300 ó 400 dólares, que no se iban a pagar porque no había dinero, pero de la mano de todo eso Brunelli te decía que, si te llegaban a suspender, después podían despedirte con la mitad de la indemnización. Un tipo que tenga 20 ó 30 años, y adicionales que le hacen subir el monto indemnizatorio, que tenía para cobrar 40.000 dólares, ahora le pagarían 20.000, te imaginas que sin salida los vagos se mataban para ir a pedirte. Veinte mil dólares para un trabajador es mucha guita y más acá en San Nicolás.

PO: Daban un doble mensaje.

R: Sin duda, “no había que anotarse, pero…. es un poco la metodología que usa aquí Brunelli, toda la vida, de contarte toda la película, te dice podemos lograr esto, pero ojo, que además si esto pasa tenemos, esto, y esto,… por te cual nos va a ir mal, entonces vos hacés un balance de todo lo que perdés, y te hacés un conservador.

PO: Cuando se plantean los 3.100 despidos, ¿cuál es el planteo de Brunelli?

R: El, de movida, dice que tenía un uno por ciento contra un noventa y nueve, pero que no se podía permitir la violación del acta. Para esto, no hacia mucho, hubo que firmar la renuncia a un aumento de sueldo. Esto también es un caso bastante atípico, se había sacado un 40% por la UOM nacional y acá se consiguió un 23 y mando a todo el mundo a firmar por el 23%. Lo saca en una asamblea como lo único a conseguir, se vota y luego la asamblea es soberana. Todo el mundo votó firmar y firmamos por una rebaja del sueldo, porque ya había un acta nacional, era un recorte del sueldo, bastante atípico en cuanto a los intereses del trabajador.

PO: Cuando la gente vuelve de Plaza de Mayo, había un poco la idea de tomar la planta, como forma de responder al ataque brutal del gobierno, ¿Cuál era la tendencia y que rol jugó Brunelli en esto?

R: Vos sabés que en las asambleas en caliente no se sacan muchas conclusiones. El horno era lo que tenía que quedar vivo y vos después hilas fino y sacás las conclusiones. Pero después; en el momento hacés de cuenta que cuando te tocan el horno, es como que te tocan la madre, el horno es todo. Es una cosa muy emotiva, gente que llora, que no se quiere comprometer con ese juramento y llora que si va a saltar va a saltar, está predispuesta a tomar la planta. Y claro a la madrugada empiezan las versiones desde adentro que fueron en cana, que los apalearon, que no sabemos nada, a los diputados nacionales que estaban ahí, que eran como de adorno, no sabían que estaba pasando, no saben que es el horno, y los mismos intendentes, que pasó, que se está haciendo, nadie se enteró de nada. Al otro día que estaban en el juzgado, dicen que la operación se hizo, pero no sabes qué operación se hizo.

PO: ¿Brunelli abortó así la toma de la planta?

R: Si, en lo concreto así fue. En ese momento la gente estaba dispuesta a todo. Uno de los momentos es: ¿por qué se empieza con la marcha del día 15? El día 15 nosotros habíamos resuelto apagar el horno y nos vamos a Buenos Aires, cuando volvemos nos encontramos con la gendarmería adentro. Hubiera sido distinto si la gendarmería tenía que venir a sacarnos. La fecha del 15 a Buenos Aires, la pone el centro de comercio, las fuerzas vivas de San Nicolás. Pero se planteó en la asamblea  con cuatro o cinco días de anticipación. El planteo de la izquierda, que no estaba del todo bien desarrollado y bien planteado, fue que ese día no se podía marchar, o después o antes, pero ese día no, pues le daba pie a la intervención para entrar. Aparte ya había alguna idea de que podían meter el ejército. Una vez que la gente la tenés afuera, ni dios sabe lo que pasa adentro de la fábrica. Con la gente adentro, no hubiese podido entrar la gendarmería o hubiera tenido que hacer todo el desgaste, ahí hubiera tenido que poner todo en el asador, el gobierno, tenía que vencer la resistencia. A los tiros no creo que pudiera entrar, ni aún la gendarmería, porque hubiera sido terrible.

PO: La asamblea de ayer ¿cómo se desarrolló?

R: Se sabe de toda la vida que Brunelli es un negociador y cuando uno anda con la mente fría, dentro de fábrica se sabe o se tiene la sensación de que está todo negociado siempre y que las cosas no son tan limpias como se hace aparecer en la asamblea. Ayer se hizo una asamblea, donde él hace todo el comentario legal y como uno no entiende mucho del tema ya empezás como a irte de muchos análisis, de todo un día que él ha estado con la intervención, con los abogados y a medida que te quiere mandar mensaje recibe comunicaciones de último momento, como “me acaban de decir que pueden rotar la gente, no sé de qué manera”, nadie sabe cómo se rotan los suspendidos, ni se sabe en qué van a quedar. De cualquier manera son los 5.000 puestos de trabajo, por lo que queda como el primer día, los 3.000 suspendidos pueden ser por 30, 60 o 90 días. Supuestamente, la lucha, pues algo tenía que plantear queda en vigencia. Los 3000 compañeros van a estar afuera y van a recibir aportes de los de adentro y supuestamente esto no quedó acá, si la intervención hace otra macana se movilizaría toda la planta. Te digo supuestamente, porque algo tenía que dejar o decir en la asamblea; suicida tampoco es. Con la historia de que si la planta camina hay dinero y la lucha ya se puede plantear de otra forma, porque hay como más plafond para seguirla, la dejó como estaba el lunes antes de marchar a Buenos Aires.

PO: ¿Qué balance hace la gente?

R: Terminaron votando promesas, nada firme, “vamos a ver que hacemos”, “vamos a ver cuándo nos sentemos con el ministerio de trabajo “, “vamos a ver lo que logramos sacar”, “vamos a ver como se devuelven las horas” son todos ganchos para que se votara. Había gente que se iba muy desilusionada de lo que se había votado y yo te puedo asegurar que son muchos más que noventa y pico que fueron los que levantaron la mano. Hay muchos más que están desanimados y descorazonados con lo que pasó pero no la levantan, no votan. De los tres mil compañeros que están suspendidos realmente no sé cuántos estarían ahí en la planta o sea que ya el mensaje que ellos habían leído desde el principio era ir a anotarse para el retiro porque no veían otra, porque en todas las charlas en los distintos playones que íbamos viendo de alguna manera se va diciendo que no se anoten en el retiro pero ojo que si no se anotan pierden el 50 %. Sabés que hasta los intimaban a que en quince días tiene que ir, hay gente que sabe que ya tiene la mira puesta en la cabeza, ya están avisados, alguno se va a salvar pero de esos tres o mil o dos mil como charlábamos el grueso queda afuera, entonces mucha gente se va a anotar en el retiro y claro la resignación y esto muchos lo sienten como una derrota. Y para otros muchos diez puntos, no perdimos nada, el lunes seguimos laburando y a otra cosa…