Sindicales

6/5/2022

Subte: crece la lucha contra la contaminación por asbesto

Del examen médico realizado, solo a una parte del personal hasta ahora, han resultado 57 afectados por asbestosis pulmonar y 3 fallecidos por cáncer de esa etiología.

Línea A del subte.

Habiendo aflojado la tensión por la pandemia de Covid, resurge con fuerza en el subte la preocupación de los trabajadores por otro flagelo sanitario, más sigiloso pero no menos peligroso, el de la contaminación generalizada por asbesto. Tiene puntos de contacto con el Covid: es invisible, se difunde por el aire, enferma y mata. Del examen médico realizado, solo a una parte del personal hasta ahora, han resultado 57 afectados por asbestosis pulmonar y 3 fallecidos por cáncer de esa etiología.

La responsabilidad de los gobiernos de turno es total. La administración Macri compró trenes contaminados, con total conocimiento de su condición. Y antes del traspaso del subte a la Ciudad (2012) bajo los gobiernos kirchneristas, trenes obsoletos circulaban en todas las líneas contaminados con el mineral cuyo uso fuera prohibido por la legislación nacional e internacional desde el año 2001.

Los trabajadores y su organización – AGTSyP – fueron quienes alertaron sobre la contaminación a partir de la denuncia que produjeron los obreros del subte de Madrid, donde el asbesto fue causa de muerte de trabajadores por cáncer. Todo lo que se hizo en el subte porteño en la materia fue por iniciativa gremial contra la resistencia de empresarios –  Metrovías, hoy EMOVA – y gobiernos.  Subterráneos de Bs As, Soc. del Estado (Sbase) es la propietaria del subte, controlante de las gerenciadoras y cómplice, por ende, de tamaña negligencia. El pase de los trabajadores al RAR (Relevamiento de Riesgos Laborales), el chequeo médico del personal, la detección y desecho de partes y trenes contaminados, todo fue producto de la iniciativa y empuje obrero. La parte patronal en cambio incumplió el compromiso de presentar un plan de desabestización; mantiene trenes  contaminados circulando; lo mismo en talleres, túneles e instalaciones. También viene postergando el examen médico de gran parte del personal.

Los trabajadores han comenzado a movilizarse. Asambleas de la línea C han votado no manejar las formaciones Nagoya ni repararlas en sus talleres de San José y Constitución, al comprobar el fracaso de una llamada “desabestización parcial”. Conductores y guardas de la línea B están evaluando dejar de conducir los trenes Mitsubishi al comprobarse fugas de asbesto en cabinas y salones y reclaman se fijen plazos para la renovación de los mismos. Los mecánicos del taller Rancagua de línea B se han negado a retomar tareas ante el incumplimiento patronal de adecuar el sistema de ventilación. El descuento de la mitad de sus haberes como represalia empresaria ha sido la gota que rebalsó el vaso: un plenario de delegados de la AGTSyP resolvió paros de tres horas el lunes 9 si no se reintegran los sueldos a los trabajadores de Rancagua. Luego un nuevo plenario debatirá la continuidad de las medidas, intimando a la empresa y a Sbase a encarar la erradicación del asbesto.

La lucha contra la contaminación en el subte esta en marcha.

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