Pero lo más notable es que la conducción de AGTSyP opina que esto es inevitable, que bono no habrá y que hay que pasar a negociar números del futuro convenio. Como argumento, expresa que el gobierno actual es duro, que reprime y que el bono sólo fue obtenido por pocos gremios (¿por qué no el subte?). La directiva se adapta a la tregua de las burocracias sindicales con el régimen macrista, en lugar de confiar en la fuerza de los trabajadores. Tiró la toalla antes de que empiece la pelea. Antes, porque el gobierno era “amigo”; ahora, porque es “enemigo”: luchar jamás. Antes, porque la personería la tenía la UTA; ¿y ahora que la conquistó la AGTSyP tampoco?
No sabemos si la base va a aceptar algún dinero a cuenta, que luego será descontado de los retroactivos de convenio, como ya ha sucedido otras veces. Hay compañeros que opinan que de esta conducción no se puede esperar más. Pero es necesario alertar sobre esta cobardía política en un año que viene con ajuste, carestía y tarifazos. Deberá superarse cerrando filas alrededor de una agenda obrera y una disposición de acción.
Que se vote en las asambleas que toda suma que se reclame no sea descontada de futuros haberes, que se adelante la paritaria para no terminar cobrando aumentos desvalorizados en mayo; que se introduzca una cláusula de corrección de sueldos según costo de vida; abajo el impuesto al salario.