La empresa operadora del Subte, Emova –Benito Roggio– realizó descuentos masivos e indiscriminados a los sueldos de los trabajadores como represalia a medidas de fuerza en curso que desarrolla el sindicato (AGTSyP). Lo hizo ante las narices de SBASE, la entidad de CABA que controla el Subte, lo que hace al gobierno de Larreta corresponsable de esta verdadera provocación.

Que se trata de una medida política y de ataque directo a la AGTSyP queda demostrado por el hecho de afectar “al boleo” tanto a directivos como a delegados y afiliados de base; hayan participado o no en medidas de acción; presentes o ausentes en la fecha que se les imputa; por montos arbitrarios que en algunos casos llega casi a la totalidad del sueldo. Se trata de un golpe nada menos que al sustento, cada vez más deprimido, de la familia trabajadora.

Es una provocación que apunta a desviar el eje de la lucha que se viene librando por reclamos básicos: el doble franco, la renovación de la flota contaminada con asbesto, la falta de personal; a lo que se agrega ahora la exigencia de la convocatoria urgente a la paritaria postergada y la recuperación del poder adquisitivo perdido. Este pliego de demandas ha sido rechazado en bloque tanto por la patronal como por el gobierno larretista en prolongadas tratativas.

La Agrupación Naranja del Subte emitió un comunicado con su posición sobre este golpe patronal: “El primer paso que debemos dar es recuperar inmediatamente el salario descontado, como requisito para retomar el plan de medidas por los reclamos pendientes”. Las condiciones para esta lucha son favorables porque una fuerte bronca ante la provocación recorre la totalidad de las bases del subte. Los trabajadores piensan que la razón está de su parte, ya que tanto la contaminación criminal por asbesto, como el deterioro salarial o la precarización de las condiciones de trabajo, son responsabilidad exclusiva de una empresa parásita, que, con apoyo del gobierno, transgrede la ley, da un pésimo servicio y atropella a los trabajadores, con el único fin de atesorar cuantiosas ganancias prendida de la teta del Estado.

“Es hora de poner las cosas en su lugar –agrega La Naranja–. Mediante el Plenario de Delegados y la Asambleas de sector, organicemos fuertes medidas urgentes, esta vez de todas las líneas, para que devuelvan ya lo descontado y retomemos el plan de acción para que se cumplan los puntos reclamados como única vía para que el trabajo no sea una condena para los que de verdad generamos la riqueza social”.

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