Sindicales

10/8/2022

Subte: una asamblea general vaciada y cerrada al debate de los temas centrales

Agrupación Naranja del Subte

Corresponsal

El 4 de agosto, convocada por el Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP, se realizó la asamblea general ordinaria para considerar la memoria y balance correspondientes al periodos 2019-2020-2021. Esta convocatoria respondió, en forma y contenido, exclusivamente, a cumplir con requisitos burocráticos del Ministerio de Trabajo, y no a tratar los temas centrales para organizar la lucha y preparar a los trabajadores frente a la crisis profunda que atraviesa la Argentina.

Una asamblea vaciada, sin permisos gremiales para facilitar la presencia de compañeros de base, en la cual terminaron votando sólo 100 trabajadores (83 votos a favor de la memoria y balance) sobre un padrón de 2.200 afiliados. Una convocatoria cerrada que no suscitó para los trabajadores ningún interés real.

Al comienzo de la misma, aclararon que no se permitía tratar ningún otro tema y que lo único que se iba a someter a votación era el Balance y Memoria Oficial del Sindicato.

La Naranja del Subte (PO + independientes) intervino llamando a rechazar rotundamente el desempeño del oficialismo y distribuyó un documento con un balance propio, cuya conclusión principal es la necesidad de abandonar la política de subordinación de la AGTSyP al gobierno ajustador de los Fernández-Massa y a la burocracia de la CTA; que actúa como correa de transmisión de las políticas que descargan la crisis sobre los trabajadores.

En el Subte este alineamiento político de la mayoría del Ejecutivo actúa bloqueando las acciones gremiales sobre los problemas centrales que sufrimos. Mientras la patronal y su socio Larreta avanzan con el ajuste: con paritarias que corren detrás de la inflación, sin una resolución definitiva para erradicar el asbesto del subte, con reducción de personal, eliminación de puestos de trabajo -como en estaciones, señales y personal de limpieza talleres-, con aprietes en intensidad del trabajo y flexibilización laboral –como en los diagramas de tráfico y en los talleres con cambios en el esquema de mantenimiento de los trenes, donde incrementaron las tareas ante la falta de flotas disponibles con la misma estructura deficitaria y precaria existente.

La intervención del PTS (Bordó) giró en torno al rol de la minoría, tomando como eje central la necesidad que tenga una mayor integración en la estructura del sindicato que le permitiría contar con más peso en la toma de decisiones. Con esta línea vienen proponiendo a la oposición lanzar una campaña por la reforma del estatuto. Mientras el país se viene abajo y se derrumba el gobierno, el PTS patear la pelota afuera con un ángulo, inconducente y distraccionista a pocos meses de la elección del Secretariado Ejecutivo.

Desde la Naranja planteamos a las agrupaciones que se reclaman de la oposición la necesidad de formar un frente único, que amplíe el campo de acción de los activistas. La discusión sobre las prioridades tiene que partir sobre las principales preocupaciones de los trabajadores sobre el salario, el asbesto, las condiciones laborales y las grandes tareas que tiene planteado el movimiento obrero ante la fabulosa crisis nacional. Con este objetivo, desarrollamos la campaña por el paro nacional y el plan de lucha, convocamos a participar de las movilizaciones del movimiento piquetero, por la unidad de trabajadores ocupados y desocupados, y a armar una columna del subte el 17 de agosto, en la marcha a Plaza de Mayo contra el ajuste, junto al Plenario del Sindicalismo Combativo, rechazando las iniciativas de la CGT-CTA en apoyo al gobierno nacional.

La Naranja propone unificar a la oposición con un perfil clasista, defendiendo la independencia política de la AGTSyP frente a la patronal, a la burocracia sindical y a los gobiernos atados al FMI, para impulsar la lucha por las reivindicaciones pendientes.

En paralelo a la asamblea general, emitimos un comunicado convocando a realizar asambleas por la inmediata reapertura de la paritaria del subte, para recuperar el 10% perdido en julio y por el 90% de aumento salarial para el período (marzo-febrero) con cláusulas de indexación automática. El acuerdo salarial firmado por el 46.5% (revisión en noviembre) ya quedó desfasado de la proyección inflacionaria que tiende  a duplicarlo. La defensa del salario es una gran oportunidad para desarrollar una acción unificada.

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