Sindicales

13/1/2005|884

Subterráneos: Una nueva oportunidad para la lucha


El 18 de enero se abre la “paritaria” salarial para los trabajadores del subterráneo. Surge como parte de un acuerdo firmado en el Ministerio de Trabajo, cuando los paros salariales de diciembre. Dicho acuerdo estuvo muy lejos de los reclamos de los trabajadores. Porque no se consiguió un real aumento de sueldo, sino una bonificación por única vez y 100 pesos que fueron absorbidos por el aumento del gobierno. Tampoco la patronal reconoció el pago por horas nocturnas que se reclamaba, ni el 2% por año de antigüedad. En su lugar, se otorgó unos plus determinados, sin reconocer el valor convencional de dichas demandas.


 


Se desaprovechó el período favorable de las fiestas, el hecho de coincidir con otras luchas –telefónicos, docentes–, y la gran disposición de la base a la pelea.


 


Una parte de los trabajadores, que en asambleas de líneas y talleres rechazaron el acuerdo, en algunos casos propusieron continuar la lucha.


 


Ahora con la apertura de esta discusión paritaria, se abre otra oportunidad. La patronal y el gobierno, con ayuda de la burocracia de la UTA, van a tratar de llevarlo a una vía muerta. Será fundamental que se añada al reclamo del 53% de aumento de la masa salarial ya votado, la distribución del mismo, según las distintas categorías. En segundo lugar, el reconocimiento convencional de la nocturnidad; y tercero, el 2% por año de antigüedad. Una asamblea general de los trabajadores de Metrovías debería ser la que apruebe el pliego de reclamos y la que considere las propuestas que aparezcan en el transcurso de la paritaria.


 


La combatividad de los trabajadores del subte está viva. En estos días se ganó un reclamo de diagramas para tráfico (cantidad de vueltas de cada dotación) compatible con el descanso necesario y con condiciones básicas de seguridad. También se ha iniciado una acción del Cuerpo de Delegados, para incorporar a la UTA y al convenio de subterráneos, alrededor de 300 trabajadores de limpieza de la empresa Taym, tercerizada del propio Benito Roggio.