Sindicales

27/4/1993|389

Superbeneficios a las nubes, salarios al freezer

Cuando faltan pocos días del vencimiento del acuerdo salarial firmado con la UOM en 1992, las patronales automotrices han advertido que no aceptarán un reclamo de aumento salarial hasta mayo de 1994. Con 24 horas de diferencia, Francisco Macri (de Sevel) y Manuel Antelo (de Renault) coincidieron en exigir la renovación del acuerdo firmado en 1991 con el gobierno y las burocracias sindicales, el cual congelaba los precios de los modelos en circulación en los altos índices de ese momento; otorgaba una protección excepcional a la industria frente a la competencia extranjera; congelaba los salarios y reducía los impuestos.

La pretensión de las patronales con relación al nuevo convenio significa reducir, al mismo tiempo, el salario real (medido respecto a la inflación) y el salario relativo (medido respecto de las ganancias patronales). No se debe olvidar que las automotrices estuvieron a la cabeza del “boom de consumo” desatado como consecuencia de la inflación extraordinaria que se creó en los valores de la Bolsa, en la propiedad y en el crédito (usurario) al consumidor. Sevel (Macri) pasó de 170 autos diarios en 1990 a 600 en la actualidad; Renault ha saltado de 120 a 370 diarios en el mismo período. Entre tanto, los salarios aumentaron apenas 29%, al cabo de sucesivas cuotas, mientras la inflación trepó un 50%. Semejantes beneficios fueron a parar, enteritos, a los bolsillos de los grandes pulpos. Macri anunció este nuevo congelamiento de los salarios mientras presentaba el nuevo modelo, Tempra, de Fiat que será fabricado a los bajísimos “costos brasileños” para ser vendido a los altísimos “precios argentinos”.

Pero no se trata sólo de autos. Renault y Sevel estuvieron a la cabeza de la onda de venta y recompra de sus propias acciones: los pulpos automotrices lograron estafar en millones a los miles de pequeños ahorristas y accionistas que creyeron el cuento del “capitalismo popular”...Renault vendió parte de sus acciones cuando su cotización llegó a 78 recompro cuando cayeron a 29. Sevel llegó a cotizarse a 20, hoy está a 11.

Por si esto fuera poco, Macri tiene el monopolio de los servicios públicos en la ciudad que hasta hace poco “administrara” su ex empleado Carlos Grosso y se ha llevado suculentas tajadas del negocio de los peajes camineros y de las privatizaciones.

El aumento de los salarios, por lo menos de un 50%, es irrecusable en función de los propios criterios capitalistas: los altos niveles de producción y los precios de los automotores, de los más altos del mundo.

La reacción conjunta de Sevel y Renault  tiene que ver, seguramente, con la necesidad de seguir apuntalando al moribundo “plan Cavallo”. Hay indicios, sin embargo, de que Macri y Ciadea (el grupo que compró Renault) enfrentan “serias dificultades” por razones ajenas a la industria. En ambos casos se trata de grupos que tienen afectados sus patrimonios por un fuerte endeudamiento. Macri, debido a los préstamos que tomó para participar de las “privatizaciones” y Ciadea por la “compra de piezas a precios elevados”, segun un “condicionamiento” que le impuso Renault (Ambito Financiero, 23/4). Ahora, estos explotadores pretenden que los obreros paguen los “costos” de su ineptitud empresarial o, mejor, de su elevado grado de parasitismo.

La UOM y el SMATA no han dicho nada aun frente a los pronunciamientos combinados de estas patronales. Mientras “protestan“, por un lado contra las limitaciones que el gobierno impone a los convenios colectivos de trabajo, se muestran incapaces por el otro, para imponer un convenio adecuado en una industria con condiciones favorables. En el caso de la UOM se llegaría al extremo de una incapacidad total para imponer cualquier tipo de convenio en alguna de sus diversas ramas.

Los trabajadores no deben dejar pasar esta excelente ocasión para arrancar un fuerte aumento de salarios. Para ello deberían organizarse y presionar con reclamos a los delegados y al Sindicato. Nuestro partido se compromete a iniciar una campaña de denuncias contra estas patronales.