Las patronales automotrices están produciendo una sangría laboral. General Motors anunció, para empezar, 350 suspensiones en su planta de Rosario que son, en realidad, despidos de hecho ya que las suspensiones son por… ¡9 meses! La empresa aclaró que a su término podría aumentar el número de obreros que dejarán en la calle. La burocracia del Smata acordó que los tres primeros meses la empresa pagará el 80 por ciento del salario; los siguientes tres, el 65 y los restantes, el 55 por ciento de los salarios. 

 

Las negociaciones del Smata para mejorar algunos puntos el porcentaje del salario que van a cobrar los suspendidos es pan para hoy y hambre para mañana.

 

El Smata debe rechazar las suspensiones y los despidos y debe convocar a un paro de todo el gremio para reclamar el reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores sin reducción salarial.

 

La crisis capitalista mundial, la recesión en Brasil -principal mercado de las automotrices locales- y en Argentina es la base de este descalabro económico que los capitalistas y sus gobiernos están descargando sobre los trabajadores. Volkswagen de General Pacheco anunció 600 suspensiones por 30 días, que probablemente extiendan.

 

En su reciente discurso de apertura de sesiones en el Congreso, Macri defendió a rajatabla esta política de ajuste y saludó el apoyo recibido de parte de la oposición patronal del PJ, del Frente Renovador de Massa, del Frente para la Victoria y del socialismo santafesino: se trata de una verdadera "coalición del ajuste”.

 

La tregua de la burocracia cegetista es una pieza clave para que avancen con el ajuste. Son miles los despedidos y suspendidos, los cierres de empresas acompañadas por paritarias a la baja. Es imperioso un paro activo nacional ya y un plan de lucha para derrotar el ajuste.

 

El 7 de marzo en la jornada nacional de la CGT, el Smata debe realizar asambleas generales en las plantas para frenar los despidos y suspensiones.