Sindicales

24/11/2011|1204

Suspensiones en Peugeot

Peugeot-Citroën ha anunciado que en 2012 se propone eliminar 6.000 empleos en Europa: 5.000 de ellos en administración y los otros 1.000 en producción. Estos despidos están vinculados con el deterioro sufrido en sus cuentas durante el tercer trimestre en el viejo continente. Del ajuste de 800 millones de euros en 2012,400 millones obedecen a reducción de personal. No se tomarán trabajadores para reemplazar a los que se jubilen y se reemplazarán 2.500 contratos externos y tercerizados por personal de la empresa.

Peugeot, sin embargo, anunció una ganancia durante los primeros nueve meses del año un 7,7% mayor que en el mismo período de 2010, y en el último trimestre de este año las ganancias comparadas con las del año pasado han sido un 3,5% superiores.

La medida desató una inmediata movilización de sus empleados en la sede central en París. Centenares de trabajadores y delegados de las plantas en todo el país se reunieron la semana pasada en la sede parisina de Peugeot, convocados por el sindicato de la fábrica en Aulnay.

“Estamos furiosos, rebelados. No hay ninguna razón para suprimir empleos en Peugeot cuando tienen 11.000 millones de dólares de liquidez”, dijo Jean Pierre Mercier, delegado central de la CGT de la planta de Aulnay (Clarín, 16/11).

Mientras tanto, en la planta de Caseros hay 22.000 autos sin vender y se ha bajado la producción; se adelantan las suspensiones a partir del 25 de noviembre hasta el 5 de diciembre y todo enero hasta mediados de febrero. Esto todavía puede extenderse; los delegados y el sindicato se limitan a pasar la información de que las suspensiones serán pagadas al 65%.

No se están renovando los contratos de seis meses; a otra cantidad no se le ha puesto fecha de finalización -para poder terminarlos en cualquier momento. Sumados los despidos hormiga que ya está habiendo, en la fábrica se habla de unos 500 despidos previstos para los próximos meses. La incertidumbre entre los trabajadores es total; la inacción del sindicato le deja el camino libre a la empresa para descargar la crisis sobre los trabajadores.

La dirección de la UOM no puede mirar para otro lado. Que se realicen asambleas en todas las fábricas. Que se vote la apertura de los libros de la empresa, que descaradamente denuncia ganancias superiores al año anterior pero igual prevé un ajuste sobre los trabajadores. Basta de despidos y suspensiones; que se repartan las horas de trabajo sin afectar el salario.