Sindicales

20/7/2006|955

Terminal 5: Victoria en el Puerto de Buenos Aires

Luego de una huelga de 48 horas, se dictó la conciliación obligatoria en la Terminal 5 del Puerto de Buenos Aires, con la reincorporación de los once trabajadores despedidos, incluyendo uno de los delegados.


La Terminal , de carga y descarga de contenedores, está en manos de BACTSSA (Buenos Aires Containers Terminal Service SA), con sede en Hong Kong. Trabajan unos 600 trabajadores, entre el personal permanente y tercerizado. La mayoría del personal estable está encuadrado en los sindicatos de Guincheros y Grúas Móviles y de Marina Mercante, que pertenecen a la Federación de Gremios Marítimos. Esta Federación reúne, además, a otras 17 organizaciones (como estibadores portuarios, capataces, dragado y balizamiento).


El 17 de junio, la Federación acordó con la cámara de las empresas del puerto y de la actividad una recomposición salarial del 19% (12% al básico más un 7% no remunerativo) y una cláusula de paz social hasta julio de 2007. El acuerdo fue cerrado en forma inconsulta y sorpresiva; fueron desconocidas las asambleas de trabajadores de todas las terminales que se habían pronunciado por una recomposición salarial mayor y por una serie de reclamos que se vienen planteando desde hace mucho tiempo: antigüedad, pago de las horas nocturnas, jornada de 8 horas (y no de 12 horas como actualmente realizan los trabajadores estables o de más de 12 horas para los tercerizados, con sueldos que son un tercio de los de los trabajadores estables). Un acuerdo previo, en noviembre de 2005, había establecido fuertes condiciones de flexibilización.


Ante la firma del acuerdo salarial y ante la negativa de la empresa de escuchar los reclamos, la asamblea de los trabajadores de la Terminal 5 de los diferentes sindicatos, en unión con los tercerizados, desconoció los acuerdos firmados entre los sindicatos y la empresa.


La gota que rebalsó el vaso fue la cantidad de accidentes graves y fatales que se producen cada vez con mayor frecuencia. Por esta razón, los compañeros de la Terminal 5 comenzaron a trabajar con estricto cumplimiento de las normas de seguridad que la misma empresa impone en los papeles, pero no en los hechos, presentando una denuncia en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y en el Ministerio.


El viernes 30, la empresa envió 20 telegramas de apercibimiento, con amenaza de despido incluida. Al no poder quebrar la unión de los trabajadores, la empresa despidió a once compañeros, incluyendo al delegado más combativo. Los trabajadores paralizaron entonces la Terminal hasta la reincorporación de todos los despedidos.


Tuvieron el apoyo de portuarios cesanteados en la década del ’90 luego de la privatización del puerto, “desaparecidos sociales” que exigen una reparación histórica en materia de jubilaciones y que organizaron una movilización de apoyo a los trabajadores en lucha.


Una victoria en el infierno de flexibilidad laboral que es el puerto.