Sindicales

12/7/2018|1510

Tierra del Fuego: fábricas, un polvorín a punto de estallar

Australtex despidió a 40 operarios

La situación fabril en la provincia más austral del país se encuentra a las puertas de un posible estallido. A los 800 despidos encubiertos de semanas atrás se suman suspensiones, recortes de salarios y amenazas de cierre.


La baja demanda de artículos electrónicos es acompañada por el abrupto encarecimiento de materia prima importada para la producción de los mismos, dada la enorme devaluación del peso en el último período.


La semana pasada, Australtex -una fábrica textil situada en la ciudad de Río Grande- despidió a 40 operarios. Rápidamente, los trabajadores bloquearon las entradas con piquetes y acampe e impidieron que entre o salga mercadería. A ello se sumó el apoyo popular que se hizo sentir en toda la ciudad, acercándose gente a solidarizarse con la lucha en todo momento. Como resultado, el lunes 2 por la tarde, la reincorporación ya era un hecho. El martes por la mañana, el secretario de la CGT local salió a “saludar” a la empresa y al gobierno por “tomar cartas en el asunto” y en ningún momento destacó que el camino de la reincorporación había sido la lucha, todo un indicio. El acuerdo al que se arribó en el Ministerio de Trabajo contempló las reincorporaciones, pero la patronal advirtió que en el corto y mediano plazo habrá suspensiones.


Por su parte, la empresa Brighstar, también radicada principalmente en la ciudad de Río Grande, confirmó que intentará unificar todo en un solo turno y comenzará a “licenciar”, es decir que lisa y llanamente va a suspender y, en última instancia, a despedir. El esquema estima suspensiones de julio a septiembre, de un día por semana, quedando el jueves como último día laboral de la semana, y de octubre a diciembre seguiría con dos días por semana quedando suspendidos los operarios los jueves y viernes. Este período de “licencias” va acompañado con el descuento del 20% del salario de los trabajadores. Esto podría parcialmente modificarse en su estructura, de acuerdo con las negociaciones con la patronal que se encuentran en curso. La asamblea de trabajadores de ambos turnos rechazó este esquema de manera tajante.


En Ushuaia, el Grupo Newsan no es ajeno a esta situación ya que también ha comenzado con suspensiones de un día por semana, pero aún no han recortado los salarios a condición de que a futuro, cuando la producción se reactive (acontecimiento futuro e incierto), devuelvan las horas. Este hecho es por demás gravoso y debe alertar a los metalúrgicos, porque es el preludio de recortes de salarios y una casi asegurada caída de contratos. Esta práctica de suspensiones con la posibilidad de devolver las horas no es nueva, se ha utilizado en los últimos diez años. Cuando la producción aumenta, los trabajadores, durante meses, acuden en horario de extras e incluso los sábados a “devolver”.


La caída de la actividad industrial, los despidos, las suspensiones y el congelamiento salarial firmado el año pasado para el sector metalúrgico comienza a afectar fuertemente y de manera negativa la actividad mercantil en la provincia. El secretario adjunto del Centro de Empleados de Comercio de Río Grande declaró recientemente por Fm Aire Libre: “La incertidumbre es muy grande y hay una recesión muy importante. Nuevamente estamos hablando de lo que ocurría a mitad del año pasado, porque hemos vuelto a un promedio de casi un despido por día”.


La salida propuesta por los empresarios es mantener el congelamiento salarial y la reducción de jornadas. Dicha propuesta es apoyada por las distintas burocracias sindicales con diversos matices. Los trabajadores debemos oponerle un programa de salida a esta situación alarmante.


Desde el Partido Obrero planteamos el control obrero a través de comités electos por los trabajadores en cada planta de la industria electrónica, textil y otras para abrir los libros contables y determinar exactamente lo que se puede importar, en función de impedir el reemplazo de mano de obra local.


Asambleas en todas las fábricas y elección de delegados en todos los lugares de trabajo, continuidad del paro nacional del pasado 25 de junio con un paro de 36 horas, convocatoria a congresos de delegados para centralizar un plan de lucha en función de la defensa irrestricta de todos los puestos de trabajo, ocupando toda fábrica que cierre o despida. Ese congreso se debe dar la tarea de la lucha por el salario, rechazando el congelamiento salarial que pretende el FMI, el gobierno y las patronales, y reclamar el cese de las suspensiones planteando el reparto de horas de trabajo sin afectar el salario frente a la desocupación.