Sindicales

13/5/2004|850

Todos somos ex-ypefianos

El miércoles 5 de mayo marchamos bajo la lluvia unos quinientos compañeros, en una combativa movilización a los Tribunales de La Plata, encolumnados bajo el reclamo por el desprocesamiento de ocho obreros despedidos de YPF que vienen luchando con los métodos piqueteros por su Propiedad Participada, último eslabón del ataque que empezó con sus despidos masivos en oportunidad de la privatización de la petrolera estatal.


El juez Atensio cambió la carátula de la causa (que era por el Art. 194, interrupción del tránsito), acusándolos de intimidación pública, tenencia de explosivos y otras atrocidades totalmente falsas y no excarcelables por el monto de sus posibles penas. Acto seguido, y en el tiempo récord de cuatro meses desde la medida de lucha, pidió juicio oral y público contra los compañeros. Otro caso como el de los compañeros fraternales en puerta, con el agravante de cargos absolutamente temerarios basados en la “peligrosidad” de haber encendido fogatas y establecido ollas populares en las inmediaciones de la petrolera.


Todo el poder y el dinero de Repsol está detrás de esta causa, que tiende a transformarse en otro caso testigo contra el movimiento obrero y popular. Tengamos en cuenta que los ex-ypefianos han escrito páginas de gloria del movimiento piquetero, en Mosconi, Tartagal, Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia, Cutral-Có y otras localidades. Por esa lucha estuvieron presos Perico Rainieri junto a Barraza y Gil durante meses, en la prisión federal de Salta; por ella estuvieron varias veces presos Pepino Fernández y otros compañeros.


Es muy claro que esta Justicia que no ve el acaparamiento del gas que coloca al pueblo argentino en la miseria, que no ve la “extorsión” que verborrágicamente denuncia el propio Kirchner, que no piensa dónde está la guita de una explotación en la cual un barril cuesta entre 8 y 18 dólares, y se vende a 28,50 en el mercado local y a 39 en el internacional, y al mismo tiempo no ve la estafa de que fueron objeto los ex-ypefianos con la propiedad participada; una estafa de miles de millones de dólares, ante la cual Repsol se lava las manos y el gobierno se declara en “default”. Esa Justicia que no ve que se paga puntualmente al FMI, a los bancos compensados, a los créditos garantizados, al Banco Mundial, etc. Mientras se “cuelga” a miles de trabajadores en sus acreencias luego de que les robaran lo más preciado: sus puestos de trabajo en YPF.


Nosotros participamos con todo de la lucha de los compañeros, y por su desprocesamiento incondicional. Pero no vemos que se trate de “jueces menemistas”, como planteó la CTA en el acto en las escalinatas de los Tribunales, donde no dijo una palabra crítica del gobierno y, al contrario, se anotó –igual que varios “peronistas combativos”– para “rescatar sus cosas buenas”. Nosotros denunciamos con todas las letras el apoyo del gobierno al fallo contra los fraternales y su entrega al tarifazo, y denunciamos que hoy tenemos más procesados por la lucha popular que antes.


Denunciamos a la Justicia corrupta, a los aparatos represivos y a las mafias políticas que los defienden; denunciamos a la burocracia sindical cómplice; pero fuimos más allá: planteamos que hay una corrupción mayor, que es la madre de todas las corrupciones, y es que tenemos una Justicia de clase que se está alineando contra todas las expresiones de lucha de nuestra clase, los obreros, los piqueteros, y contra todas las luchas de las clases oprimidas.


Los obreros no anduvieron con vueltas: hablaron, cantaron, gritaron e insultaron absolutamente a todos los responsables de su situación, demostrando una alta conciencia política.


Viva la lucha de los ex-ypefianos. Vivan sus piquetes. Desprocesamiento incondicional de los ocho compañeros, anulación del juicio oral. Pago integral de sus acreencias dolarizadas. Fuera la flexibilidad laboral en las petroleras. Intervención de las empresas para abrir los pozos y anular las causas contra los compañeros; nacionalización de todos los recursos energéticos bajo control de los trabajadores.