Los trabajadores de la multinacional Mondelez (ex Kraft) se encuentran protagonizando un corte en Panamericana en rechazo a 300 despidos impulsados por la patronal y a la violación de la conciliación obligatoria, por parte de la empresa.

Se trata de trabajadores contratados con hasta un año de tareas acreditadas, lo que hubiera implicado su inmediata efectivización por parte de la patronal. Sin embargo, la empresa notificó a más de la mitad de ellos que cesaran de su actividad a partir del 1° de octubre y que el resto lo haría al finalizar el mes.

La bronca se se hizo notar rápidamente entre las bases ya que se trata de ingresos “referidos” de familiares de trabajadores efectivos, que habiendo cumplimentado con sus tareas y desenvuelto sus labores diarias ahora intentan ser descartados por la patronal.

Luego de un paro y bloqueo de portones el pasado viernes, con participación del sindicato (Stia) y la comisión interna, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, pero la empresa se niega a permitir el ingreso de los trabajadores, violentando la normativa y la resolución del ministerio. A pesar de esto, el Estado mandó una dotación de gendarmes para intentar disuadir el corte, pero no para obligar al cumplimiento de lo dictado por sus propios organismos.

Es lo que ha dejado de manifiesto el propio Anibal Fernández en su cuenta de Twitter: el gobierno no resuelve los reclamos de los trabajadores con inclusión y soluciones, sino con el peso del aparato represivo del Estado.

Brindamos todo nuestro apoyo a los trabajadores en lucha y reclamamos su inmediata reincorporación y su efectivización en la planta.