A poco de empezar la temporada de cosecha en las provincias de Río Negro y Neuquén, trabajadores rurales que pertenecen a la regional de Uatre (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores) de Cipolletti, Cinco Saltos y alrededores presentarán un petitorio a los dirigentes de sus seccionales exigiendo se llame a una asamblea general para debatir colectivamente la necesidad de impulsar un paro general ante la crisis que golpea duramente al sector. Y no es para menos. Las medidas, liberando precios y devaluando (que abarataron aún más la fuerza de trabajo rural) ni bien asumió Milei, impactaron de lleno en el sector rural hiperprecarizado y empobrecido, que sufre trata de personas y condiciones de esclavitud.

A esto se suma la idea de que se suspendan derechos laborales conquistados mediante el DNU impulsado por Javier Milei, como las paritarias y la productividad, entre otros. La idea de “tenemos que esperar a que al nuevo gobierno le vaya bien” o “ver los alcances del DNU” es, en definitiva, una posición patronal ajena a los intereses de la clase trabajadora. A ese discurso se subieron hasta el momento todos, desde dirigentes sindicales hasta los gobernadores e intendentes que ayer eran opositores.

José Voytenco, secretario general de Uatre a nivel nacional, sacó un comunicado anunciando un estado de alerta y movilización sin convocar a una acción directa, ni siquiera asamblearia. Se sube así al caballo de la gobernabilidad y la paz social. Como secretario general de uno de los sindicatos más importantes del país debería exigirle a la CGT, de la que es parte, explicaciones de porque no convocan un paro ya. De hecho, acompaña con su comunicado la presentación judicial que la cúpula de la central realizará ante el Poder Judicial, prácticamente una maniobra de contención ante la bronca que crece desde abajo. Allí tenemos que ir a reclamarle un paro activo nacional.

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“Somos los trabajadores rurales los que venimos pagando la crisis y no la casta, ni tampoco la patronal frutícola. La inflación, con salarios de pobreza, sin cobrar el 40% por zona, es un golpe brutal. La reforma laboral no es para generar trabajo genuino, es para que salgamos más baratos. Debido a la devaluación del dólar se agigantan sus ganancias y se pulverizan nuestros salarios. Estos son motivos suficientes para salir a las calles”, comentó a Prensa Obrera un trabajador rural.

“Entre Weretilneck y Milei acordaron mantener en cero las retenciones a las exportaciones, mientras nosotros nos hundimos en la indigencia”, comenta otro que se organiza desde el Alto Valle provincial.

Las y los trabajadores tienen que debatir y exigir a sus dirigentes de Uatre que se pongan al frente de la lucha y los reclamos. El sector combativo de Rurales Organizados, que surgió al calor de la lucha por la zona desfavorable, tiene en sus manos la inmensa tarea y el desafío de seguir siendo la punta de lanza de uno de los sectores más empobrecidos del país, contra todos los atropellos patronales y gubernamentales.

En ese sentido, el pasado 20 de diciembre, en Fiske Menuco, se realizó una gran movilización de distintos sectores de ocupados y desocupados impactados por la crisis contra el protocolo antipiquetes de Bullrich, que intenta censurar el derecho a la protesta social. Este no es más que otra pata del paquete antiobrero que intenta imponer Milei.

Por asambleas y el paro general que Uatre y la CGT deben convocar de inmediatamente.

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