Sindicales

8/8/2001|716

Transporte del Oeste: Hay una salida

El estado actual de Transporte del Oeste es de catástrofe, como ocurre en el 85% de las empresas de transporte (Ej. La Internacional, 161, Ca”uelas, Costera Criolla). Los argumentos patronales son los mismos, como también las consecuencias para los trabajadores: se prepara el vaciamiento, luego vienen los “procedimientos de crisis” para desconocer los convenios y poder despedir con menos indemnización, bajar salarios y cambiar las condiciones laborales.


Si esto no sucedió aán en TDO es por la larga resistencia de los trabajadores. Conscientes de lo que se venía, en la asamblea del 21 de julio de 2000 votamos un programa que desbarataba los argumentos patronales. Parte de ese programa decía: 1) defensa irrestricta de cada puesto de trabajo; 2) no al trabajo en negro; 3) reducción de la jornada laboral sin afectar el salario para quebrar la desocupación.


Hace un mes, ante el peligro de la quiebra se hace cargo un gerenciador privado con el propósito de impedir el hundimiento de TDO. En la opinión de los nuevos representantes, para saldar un déficit mensual estimado en 700.000 pesos habría que prescindir de unos 100 trabajadores que prestan servicio, al tener unas 60 unidades paradas por falta de reparación (de 250 coches sólo prestan servicio 180).


Estos argumentos fueron refutados por el cuerpo de delegados, demostrando que el hundimiento es la consecuencia del “costo” empresario, que se expresa en: 1) 35 encargados a razón de 1.300 pesos, que significa una erogación de 50.000 mensuales; 2) mal manejo en compra de repuestos y reparaciones, lo que produciría una pérdida de 100.000 pesos; 3) fuga en venta de boletos en Dársena, que ocasiona una pérdida similar; 4) sueldos de “oquis y personal improductivo que, sumados a lo anterior, estarían superando los 250.000 pesos mensuales.


Con un plan de recupero de 60 unidades más al servicio, se recaudaría aproximadamente unos 600.000 pesos, con lo que superamos el déficit que denuncian los nuevos administradores. Con esto queremos fundar nuestra opinión de que el problema aquí y en el país es el costo empresarial y no el costo laboral.


Todo esto podría quedar en claro si los trabajadores obtuviéramos la apertura de los libros contables, lo que ha sido nuestra posición histórica sobre el punto. Logramos imponer a la patronal la discusión sobre la base de lo propuesto. Haciéndole revertir su posición inicial.


Próximo al pago de sueldos y aguinaldo plantearon que no podían afrontar la totalidad del pago en término, proponiendo hacerlo en 4 cuotas semanales.


El 29 de junio, 500 trabajadores nos reunimos en asamblea para debatir la situación. La asamblea resolvió la defensa de cada puesto de trabajo y del convenio colectivo de trabajo, la apertura de los libros. Aceptar el pago en cuatro cuotas con la condición de que en un plazo de 90 días se lleve adelante la propuesta del cuerpo de delegados, formulada a la parte empresaria. Ante cualquier intento de desconocer lo planteado: la huelga y toma de la empresa.


Llevada la resolución a la parte empresaria, ésta la acepta pero nos dice que dado el costo económico para sacar al personal improductivo, probablemente deba recurrir a un procedimiento de crisis. A lo que respondimos que no hay nada que garantice que no sean afectados el resto de los trabajadores y que responderemos con la lucha y movilización en defensa de lo resuelto por la asamblea.