En un memorándum interno del 18 de abril, la gerencia de Trenes Argentinos (Sofse) le informa al presidente de la empresa el presupuesto necesario para el despido y retiro anticipado de 3.000 trabajadores, estimado en $56.400 millones.

Es un plan que consiste en una reducción de personal de mil trabajadores por mes durante el período abril-junio 2024. Aunque se trata del 15% del personal a desafectar durante el primer semestre del año, el plan total prevé el despido de otro 15% en el segundo semestre, con lo cual el objetivo final es de, por lo menos, 6.000 trabajadores.

Hay que recordar que, el pasado 8 del corriente mes, hubo alrededor de 150 despidos en la Administradora de Infraestructura Ferroviaria (Adif) y en Desarrollo del Capital Humano Ferroviario (Decahf), tras lo cual la Unión Ferroviaria y el gremio de personal de supervisión (Apedfa) declararon un inocuo estado de alerta y movilización, sin reuniones ni asambleas ni medidas de fuerza en área alguna del ferrocarril. Luego, los sindicatos se ufanaron de algunas decenas de reincorporaciones gestionadas en las sombras, que consolidaron un centenar de compañeros en la calle sin lucha alguna.

En esta oportunidad, el recorte de trabajadores no amenaza áreas administrativas o técnicas sino al personal operativo de los diferentes ferrocarriles. Incluidos quienes operan los trenes de larga distancia y regionales. La perspectiva es el cierre de estos ramales, así como aquellos que, en el área metropolitana de Buenos Aires (Amba), son más difíciles de convertir en rentables para una futura privatización.

En contraposición con la pretendida racionalización del gasto, el gobierno le paga a un asesor de segunda del CEO de Sofse un salario bruto de 5,9 millones de pesos y a un asesor del directorio 4,5 millones. Ningún director cobra menos que un senador de la Nación. Se entiende, de este modo, la permanencia de funcionarios del anterior gobierno peronista ejecutando el ajuste dictado por Milei y Caputo.

Este ajuste golpea también a los usuarios. Primero, porque el recorte también apunta a reducir la frecuencia de servicios. Durante marzo pasado se eliminaron decenas de trenes en horarios no pico de todos los ferrocarriles. Se explicó por razones estacionales, pero terminado el período vacacional los servicios suprimidos no volvieron.

Esta semana los trenes del ferrocarril Belgrano Sur pasan de una frecuencia de 20 a 40 minutos y, en el ferrocarril Roca, desde el 8 de mayo, se comenzará a operar el servicio con frecuencias de horarios de domingo o feriados durante toda la semana. Si bien en estos últimos casos se justifican con obras, para muchos ferroviarios es un ensayo para ver si se pueden suprimir más servicios de forma definitiva.

En segundo lugar, por resolución N° 1/2024 del Ministerio de Economía de la Nación, en el Anexo correspondiente a los trenes de pasajeros regionales y de larga distancia, se produjo un fuerte aumento en el valor de los boletos que, por ejemplo, en el servicio Plaza Constitución-Mar del Plata de $6.680 (en Primera Clase), pasaría a costar a partir de mayo $25.431, con un aumento del 300%. Se suma a un aumento del 54% de los servicios de trenes del Amba, que regirá a partir del 2 de mayo.

Frente a estos ataques a los ferroviarios y a la perspectiva de una privatización tan salvaje como la del menemismo, o peor, los sindicatos ferroviarios se mantienen impasibles. No hay campaña alguna para preparar a los trabajadores para las batallas que se avecinan.

Como toda la burocracia sindical, le dan tiempo a Milei para avanzar con el ajuste, la reforma laboral y los planes de privatización que reclaman el FMI y los capitalistas del Llao Llao. Todos esos objetivos se concentran en el proyecto de Ley Ómnibus que se ha empezado a tratar en el Congreso.

Llamamos a lograr la mayor movilización del activismo ferroviario y de todos los trabajadores y la juventud para derrotar el intento de aprobar esta ley. Llamamos a organizarnos de forma independiente de la burocracia sindical y marchar el próximo 1° de Mayo, junto con el sindicalismo combativo, el movimiento piquetero y las asambleas populares, por un paro activo de 36 hs y un plan de lucha hasta la huelga general.

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